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jueves, 27 de octubre de 2011

LA FNCA DETRÁS DE PRINCIPAL TESTIMONIO CONTRA GERARDO HERNÁNDEZ NORDELO



JEAN-GUY ALLARD
El principal testigo de la Fiscalía federal contra el cubano Gerardo Hernández Nordelo era primer oficial de un crucero norteamericano cuyos dueños contribuyeron nada menos que con 25 000 dólares para la creación de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), organización cuyo comité paramilitar impulsó, organizó y financió actividades terroristas contra Cuba.
Hernández, uno de los cinco antiterroristas arrestados por el FBI mientras infiltraban grupos terroristas cubanoamericanos, fue condenado a dos cadenas perpetuas más quince años de prisión en relación con el derribo de dos avionetas de una organización contrarrevolucionaria de Miami que sobrevolaban ilegalmente el territorio cubano el 24 de febrero de 1996 a pesar de las advertencias.
El noruego-estadounidense Bjorn Johansen, primer oficial del barco Majesty of the Seas, propiedad de la Royal Caribbean Cruises, tenía como segundo, cuando ocurrió el incidente aéreo, a Pedro G. Whelpton que se presentó como miembro de la FNCA, organización altamente hostil al Gobierno cubano, y de una llamada Comisión para el Desarrollo Económico y la Reconstrucción de Cuba, conocida por sus ataques contra la Isla.
Mientras Johansen sostuvo varios encuentros con el FBI con quien aceptó colaborar, Whelpton nunca fue investigado en relación con sus actividades políticas.
Estas informaciones están señaladas en un artículo del Havana Reporter, semanario en inglés de Prensa Latina, que reportó en su última edición cómo Fernando Morais, el autor de un libro sobre los Cinco, Los Últimos Soldados de la Guerra Fría, publicado recientemente en Brasil, comentó estos hechos durante el lanzamiento de su obra, en el país sudamericano.
En una serie de artículos publicados por The New York Times en 1995, el presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana en ese momento, José Francisco "Pepe" Hernández Calvo, incluye la Royal Caribbean Cruises, entre las 40 empresas que contribuyeron con 25 000 dólares para crear su organización.
Se trata del mismo "Pepe" Hernández que se salvó oportunamente, en 1997, de la saga del yate La Esperanza, interceptado en aguas de Puerto Rico cuando iba a realizar un atentado contra el líder cubano Fidel Castro en Isla Margarita, tras haber provisto un fusil Barret de calibre 50 a su tripulación de asesinos.
Lo más absurdo del caso es que en mayo del 2001, en el medio de los procedimientos, los propios representantes de la Fiscalía en el juicio de los Cinco cubanos confesaron que las pruebas disponibles contra Hernández en el "cargo 3" relativo a los aviones, no permitían obtener su condena y solicitaron retirarlo.
La jueza Joan Lenard, deliberadamente hostil, se negó a recibir la solicitud. La Fiscalía presentó entonces un recurso extraordinario con este mismo propósito a la Corte de Apelación de Atlanta que lo rechazó. El jurado, dirigido por un funcionario del Estado, se orientó en contra del acusado, notablemente por creer en el testimonio del marino noruego-estadounidense.
En el caso de Gerardo Hernández, la Fiscalía sostiene que los aviones fueron derribados en aguas internacionales. Estados Unidos se ha negado repetidamente a entregar los registros de observación satelital por temor a confirmar la certeza de las afirmaciones de las autoridades de la Isla.

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