Iroel Sánchez
Veinte mil ejemplares en tres semanas ha
vendido, sólo en Brasil, el libro del escritor brasileño Fernando Morais
sobre la historia que envuelve a cinco prisioneros cubanos en Estados
Unidos.
Os ultimos soldados da guerra fria
lleva por título el volumen de Morais que inmediatamente ha despertado
el interés para su publicación en las lenguas inglesa y española, además
de que ya se gesta una producción cinematográfica entre brasileños y
norteamericanos.
Parece ser que un escritor de talento,
con una obra reconocida, logrará desde Brasil -un país que por razones
demográficas y económicas posee una gran industria cultural-
colocar en algunos de los más importantes circuitos un relato que hasta
ahora ha estado prohibido para las grandes audiencias. Incluso,
relevantes medios como la TV O Globo o la agencia de noticias AFP se han
referido al libro de Morais.
El propio autor – con una reconocida trayectoria en el periodismo- ha calificado el llamado “Caso de los Cinco” como “un regalo para cualquier periodista“.
A pesar de algo tan evidente, los medios de comunicación más
influyentes han ejercido durante más de una década, una censura total
sobre un asunto que toca temas de tanto interés como el terrorismo, el
sistema judicial norteamericano y la Revolución cubana, e involucra a
personalidades tan conocidas como el Premio Nobel de Literatura Gabriel
García Márquez y los ex presidentes Fidel Castro y Bill Clinton.
Una escalera de castigos, que va de 13
años de cárcel a dos cadenas perpetuas, se ha impuesto a esos cinco
cubanos que sólo reunían información que buscaba evitar el terrorismo y
que la Isla quiso compartir con EE.UU. Tras su detención, una larga
cadena de arbitrariedades ha rodeado el caso, desde la negación del
acceso a los materiales para su defensa hasta la larga permanencia en
duras condiciones de confinamiento.
Documentos revelados recientemente prueban que el gobierno de Estados Unidos pagó a numerosos periodistas para que influyeran
en la opinión pública y el jurado que procesó a estos hombres. Pero
quizá nunca sepamos qué ha hecho esa misma instancia para silenciar la
verdad sobre este tema.
Ojalá la película en ciernes sobre los “últimos guerreros de la Guerra Fría” no corra la misma suerte que el documental Comandante,
encargado por el canal HBO al cineasta Oliver Stone y que esa empresa
nunca transmitió. Quizá sea un síntoma de que el clima de Guerra Fría en
esta calurosa zona del Caribe puede de verdad comenzar a
cambiar.
(Publicado en CubAhora)
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