Por: Roberto G. Pralo
Realizando mi rutina informativa en las
redes sobre el tema de Cuba. Me resalta la noticia sobre el rechazo que
se ha generado al concierto que ofrecerá el cantautor Pablo Milanés
en Miami el próximo 27 de agosto. Por más de diez organizaciones de los
grupos, autodenominados “exilio cubano en Estados Unidos”. Pidiendo a las autoridades locales la cancelación del espectáculo que se ofrecerá en el American Airlines Arena en el centro de Miami.
El congresista ultraderechista republicano nada más y nada menos que David Rivera
también pide cancelar el show de Milanés. El mencionado congresista
como dichas organizaciones de “exiliados cubanos”, también apoyaron la
propuesta del congresista republicano de la Florida, Mario Diaz-Balart,
quien en junio pasado presentó ante el Comité de Asignaciones de la
Cámara de Representantes del Congreso una enmienda para limitar los
viajes familiares y remesas a Cuba. En la enmienda, incluida en la ley
de Asignaciones de Servicios Financieros, se limitan los viajes a uno
cada tres años por un período de catorce días y se disminuye el monto
máximo de las remesas familiares de 500 a 300 dólares trimestrales.
Cuáles son los argumentos que presentan par cancelar el concierto:
Emilio Izquierdo,
coordinador general del grupo Cuban American Patriots and Friends, dijo
el martes que el coliseo “es de los contribuyentes”, por lo que los
elementos contrarios a los intereses y principios democráticos no pueden
usarlo.
“El concierto es una afrenta”, dijo
Izquierdo a El Nuevo Herald. “Milanés es un agente ideológico de un
gobierno enemigo y patrocinador del terrorismo. No lo queremos en la
capital y el corazón del exilio”.
David Rivera,
dijo que la presencia de Milanés es un insulto a una comunidad que ha
sufrido en carne propia la persecución de un gobierno dictatorial.
“Estos supuestos artistas son agentes de influencia y propaganda de la
tiranía castrista”, “Los contribuyentes son los dueños del coliseo y no
creo que quieran que sus impuestos se usen para promover este concierto.
Por respeto a nuestra comunidad debe ser cancelado”.
Saavedra
criticó fuertemente a los alcaldes de Miami y del condado de
Miami-Dade, Carlos Giménez y Tomás Regalado, respectivamente, por
permitir el uso de los “servicios públicos en los negocios de publicidad
del régimen de la Habana”. “Como contribuyentes que somos no podemos
permitir que Giménez diga, entre tantas cosas, que no sabe lo que está
pasando cuando hace más de 40 días las paradas de los autobuses tienen
la pancarta del castrista Pablito Milanés que viene aquí a buscar dinero
para llevárselo al régimen de La Habana”, dijo el activista cubano”.
“Nosotros respetamos las leyes de aquí (EE.UU.), pero no estamos
dispuestos a que este elemento (Milanés) venga a la ciudad. Eso es una
ofensa para nosotros”, dijo el activista cubano”.
Paulo Milanes es un artista que ha
realizado en varias ocasiones muy duras críticas al gobierno cubano,
incluso tengo entendido que mantuvo un distanciamiento por fuertes
contradicciones con el sistema político cubano, que lo llevó a residir
en España. Aunque desconozco los motivos y causas que provocaron estas
diferencias.
Pero que contraste cuando hace apenas
unos meses nosotros aquí en Matanzas y todo el pueblo matancero nos
deleitamos con sus canciones. Impresiones recogidas en el artículo
publicado en La Joven Cuba “Pablo en Matanzas”, a pesar de cualquiera que fuera su posición política.
Apruebo todas las acciones que
contribuyan al acercamiento paulatino de los cubanos que por muchos
motivos hemos estado distanciado demasiado tiempo. Son más las cosas que
nos unen que las que nos separan y un puente que nos puede unir es la
música.
Ya es hora de dejar a un lado todos esos
clichés y discursos políticos utilizados desde la guerra fría. Veo en
los últimos tiempo en las autoridades cubanas una evolución hacía una
nueva época, véase desde abrir las puertas de dialogo sobre todos los
temas sin condicionamiento, hasta en los cambios que se han venido
dando, aunque no los suficientes ni al ritmo deseado, pero el carro ya
está en marcha y estoy convencido que vendrán muchos cambios más. No
siendo correspondido así por las acciones y políticas que se siguen
orquestando desde el gobierno de los Estados Unidos y los de un pequeño
grupo de anticubanos que tienen secuestrada la política hacia Cuba. Todo
el show que está sucediendo alrededor de este concierto, y que no ha
sido la única perreta, es un ejemplo de que en Miami no se evoluciona.
Tomado del blog La Joven Cuba
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