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miércoles, 10 de agosto de 2011

EL CONCIERTO DE LA DISCORDIA

Por: Roberto G. Pralo
Realizando mi rutina informativa en las redes sobre el tema de Cuba. Me resalta la noticia sobre el rechazo que se ha generado al concierto que ofrecerá el cantautor Pablo Milanés en Miami el próximo 27 de agosto. Por más de diez organizaciones de los grupos, autodenominados “exilio cubano en Estados Unidos”. Pidiendo a las autoridades locales la cancelación del espectáculo que se ofrecerá en el American Airlines Arena en el centro de Miami.
El congresista ultraderechista republicano nada más y nada menos que  David Rivera también pide cancelar el show de Milanés. El mencionado congresista como dichas organizaciones de “exiliados cubanos”, también apoyaron la propuesta del congresista republicano de la Florida, Mario Diaz-Balart, quien en junio pasado presentó ante el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes del Congreso una enmienda para limitar los viajes familiares y remesas a Cuba. En la enmienda, incluida en la ley de Asignaciones de Servicios Financieros, se limitan los viajes a uno cada tres años por un período de catorce días y se disminuye el monto máximo de las remesas familiares de 500 a 300 dólares trimestrales.
Cuáles son los argumentos que presentan par cancelar el concierto:
Emilio Izquierdo, coordinador general del grupo Cuban American Patriots and Friends, dijo el martes que el coliseo “es de los contribuyentes”, por lo que los elementos contrarios a los intereses y principios democráticos no pueden usarlo.
“El concierto es una afrenta”, dijo Izquierdo a El Nuevo Herald. “Milanés es un agente ideológico de un gobierno enemigo y patrocinador del terrorismo. No lo queremos en la capital y el corazón del exilio”.
David Rivera, dijo que la presencia de Milanés es un insulto a una comunidad que ha sufrido en carne propia la persecución de un gobierno dictatorial. “Estos supuestos artistas son agentes de influencia y propaganda de la tiranía castrista”, “Los contribuyentes son los dueños del coliseo y no creo que quieran que sus impuestos se usen para promover este concierto. Por respeto a nuestra comunidad debe ser cancelado”.
Saavedra criticó fuertemente a los alcaldes de Miami y del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez y Tomás Regalado, respectivamente, por permitir el uso de los “servicios públicos en los negocios de publicidad del régimen de la Habana”. “Como contribuyentes que somos no podemos permitir que Giménez diga, entre tantas cosas, que no sabe lo que está pasando cuando hace más de 40 días las paradas de los autobuses tienen la pancarta del castrista Pablito Milanés que viene aquí a buscar dinero para llevárselo al régimen de La Habana”, dijo el activista cubano”. “Nosotros respetamos las leyes de aquí (EE.UU.), pero no estamos dispuestos a que este elemento (Milanés) venga a la ciudad. Eso es una ofensa para nosotros”, dijo el activista cubano”.
Paulo Milanes es un artista que ha realizado en varias ocasiones muy duras críticas al gobierno cubano, incluso tengo entendido que mantuvo un distanciamiento por fuertes contradicciones con el sistema político cubano, que lo llevó a residir en España. Aunque desconozco los motivos y causas que provocaron estas diferencias.
Pero que contraste cuando hace apenas unos meses nosotros aquí en Matanzas y todo el pueblo matancero nos deleitamos con sus canciones. Impresiones recogidas en el artículo publicado en La Joven Cuba “Pablo en Matanzas”, a pesar de cualquiera que fuera su posición política.
Apruebo todas las acciones que contribuyan al acercamiento paulatino de los cubanos que por muchos motivos hemos estado distanciado demasiado tiempo. Son más las cosas que nos unen que las que nos separan y un puente que nos puede unir es la música.
Ya es hora de dejar a un lado todos esos clichés y discursos políticos utilizados desde la guerra fría. Veo en los últimos tiempo en las autoridades cubanas una evolución hacía una nueva época, véase desde abrir las puertas de dialogo sobre todos los temas sin condicionamiento, hasta en los cambios que se han venido dando, aunque no los suficientes ni al ritmo deseado, pero el carro ya está en marcha y estoy convencido que vendrán muchos cambios más. No siendo correspondido así por las acciones y políticas que se siguen orquestando desde el gobierno de los Estados Unidos y los de un pequeño grupo de anticubanos que tienen secuestrada la política hacia Cuba. Todo el show que está sucediendo alrededor de este concierto, y que no ha sido la única perreta, es un ejemplo de que en Miami no se evoluciona.
Tomado del blog La Joven Cuba

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