Nada más divertido para disfrutar del verano que un buen espectáculo de Circo.
Desde el pasado día 9 la payasa disidente Martha Beatriz Roque Cabello, cuyo nombre “artístico” es la tía McPato, presenta unos de sus antiguos show: otra huelga de hambre, ahora, frente a la prisión de la Habana.
¿A qué se debe este inesperado regreso de la escena la otrora estelar McPato? Cualquiera sabe que la Sra. Cabello ha perdido el protagonismo del que gozó en la década de los 90 dentro del espectáculo del circo disidente cubano. Es preciso, por tanto, retornar a la pista si quiere equiparse con la maestra de ceremonias Doña Laura Pollán y su domadora de “luchadoras”, Berta Soler.
Ahora, cuando los 20 millones de dólares para la subversión en Cuba han sido descongelados en Washington, nadie quiere quedarse sin su pedazo de pastel, especialmente una “artista” de la talla de Roque Cabello, quien ha logrado el mágico acto de vivir sin trabajar desde el pasado siglo XX.
¿Alguien que no sea una estrella de la estafa puede vivir sin trabajar en el mundo de hoy? ¿Quién en Miami o en Europa puede darse tal lujo?
En la Habana, Cuba, en la carpa blanca del Circo, existe el mejor elenco de payasos, malabaristas, trepadores y contorsionistas del Mundo que asombran a los millones de cubanos que los observan hacer maravillas ya sea para recibir el pago de la taquilla que le envían los norteamericanos o una “gira” de refugiados políticos otorgada por la Sección de Intereses de EE.UU.
De eso se trata es la nueva (vieja) comedia de la payasa disidente. Apúrese si quiere alcanzar puesto en la platea de la carpa blanca antes de que se agoten las localidades.
Tomado de Cambios en Cuba
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