El cine debate que tuvo lugar ayer, a propósito del Día contra la Homofobia, en casa de la bloguera mercenaria Yoani Sánchez genera sin dudas varias preguntas.
¿Por qué si Yoani Sánchez y sus acólitos dicen estar contra la homofobia no desfilaron el pasado sábado 14, por la céntrica calle 23, como hicieron cientos de integrantes de la comunidad gay cubana?
¿Acaso Yoani Sánchez sospechaba que los LGBT cubanos exclamarían,
al son de los tambores de la conga, vivas a la Revolución?
al son de los tambores de la conga, vivas a la Revolución?
¿Intuyó la bloguera que, más tarde, en el Pabellón Cuba, los LGBT cubanos le pedirían a coro, al presidente de los Estados Unidos, la libertad de los Cinco Héroes cubanos prisioneros en el imperio?
¿O simplemente prefirió no exponer a su instructora de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, la señora Kathleen Duffy, a una experiencia similar a la vivida por Lowell Lawton
en la esquina de 19 y K?
Tomado de Cambios en Cuba
en la esquina de 19 y K?
Tomado de Cambios en Cuba
"Alegria, alegria, alegria es la palabra que se me ocurre para definir esta noche #LGBT", escribió la anfitriona en twitter. ¿Su regocijo tendría algo que ver con la presencia de sus jefes? |
En la foto, Kathleen Duffy mientras supervisa un "te literario" organizado por las Damas de Blanco. La imagen confirma algo que se ha repetido por estos días: la misma "disidencia" y una sola jefatura. |
La subordinada mientras recibe instrucciones. Fotograma del Capítulo Ciberguerra de la serie Las Razones de Cuba |
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