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domingo, 25 de abril de 2010

UN DÍA DIFERENTE

La mañana abrió sus bellas imágenes, adornada por el sol que ya desde bien temprano comenzó a calentar el ambiente. Es un día diferente. Hoy es día de elecciones en Cuba. Para algunos en el mundo este es un país sin proceso electoral. Se equivocan. Lo hay y es un sistema diferente al que nos han presentado como auténticamente democrático.

En mi circunscripción, la número 178, del Consejo Popular San Juan-El Cristo, de Bayamo, se nominaron dos ciudadanos, dos hombres de la raza negra que tienen como únicas propiedades sus viviendas y un trabajo digno. No revelo sus nombres porque las votaciones comenzaron a las siete de la mañana y los colegios, en este caso el número 5, cerrarán a las seis de la tardem entonces sabremos quien alcanzó la mayoría de los votos.

El que resulte triunfador representará a sus electores en la Asamblea Municipal del Poder Popular de Bayamo, la ciudad capital de la provincia de Granma.

Pero, cómo llegaron esos dos hombrtes hasta este momento? Sencillamente.

Al iniciarse el proceso de nominación de candidatos, los vecinos nos reunimos en una noche fresca y ante la pregunta de la mesa electoral: A quien quieren proponer como candidato a delegado de esta área? Se levantaron varios brazos y los proponentes decían el nombre de la persona que estimaron era la adecuada para tal cargo.

Teniendo en cuenta la opinión del señalado, entonces esa misma persona que propuso detalló las cualidades que distinguen a ese vecino para ocupar esa responsabilidad de manera NO profesional, porque la desarrollan una vez que ha concluido su jornada laboral.

En la fila que hice para ejercer mi derecho al voto estaban mis vecinos, que bien temprano y luego de tomar su cafecito de la mañana, se dirigieron al colegio electoral para participar en la fiesta de la democracia en el colegio, presidido por la Bandera Cubana, el Himno Nacional y los niños pioneros que custodian las urnas.

Es imprescindible presentar el carné de indentidad para ejercer el derecho al voto. Los integrantes de la mesa electoral revisan la identificación, registran al votante en una planilla, entregan la hoja contentiva de los nombres de los nominados y entonces un niño indica el sitio exacto para el ejercicio del voto, secreto, pero no obligatorio.

Cuando estaba en ese sitio aislado, silencioso y propicio para un rápido examen de conciencia, pensé en muchas cosas, entre ellas, por ejemplo de la desinformación que sobre este evento hay en el mundo, una intención destinada a descalificar esta democracia nuestra, en la que no votamos por ricos, hacendados o políticos corruptos, sino por hombres y mujeres que casi desde el anonimato de una circunscripción, le dan vida a este proyecto.

Salí del colegio contento pues había ejercido mi deber ciudadano. Voté por uno de los dos candidatos a delegados. Esperaré la hora del cierre de las votaciones a las seis de la tarde, momento en el que la persona al frente del colegio, volcará sobre la mesa las papeletas con los votos y comience a contar cuantos alcanzó cada uno de ellos, y todo eso de manera pública, transparente y limpia.

Estas son mis elecciones no quiero otro sistema para elegir a quienes creo que pueden ayudar a la comunidad.

Todo este proceso se ha realizado sin propaganda, sin posters, sin la utilizacion de la radio, la televisión o la prensa escrita en favor de alguno de los propuestos. Por supuesto tampoco ha habido debates públicos ni privados en los que alguno pudiera ofender al otro.

Nada de eso. Cuba brilla y seguirá brillando aunque le pongan una gruesa capa al sol que cada día inunda esta Isla.

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