Para los que hemos conocido el largo historial anticubano de Lincoln Díaz Balart, su reciente anuncio de que abandonará su puesto en la Cámara Baja del Congreso norteamericano en enero de 2011, para dedicarse supuestamente al ejercicio privado de la profesión de abogado, surge la certeza de que este enconado enemigo de la Revolución está tramando algo sucio y peligroso tras bambalinas.
El hecho de hacer mutis sobre sus razones personales para adoptar esa decisión, ante el rostro apesadumbrado de varios de sus familiares y seguidores, en una actividad realizada en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), así como algunas partes de su discurso, hacen que uno piense que detrás de todo esto hay “gato encerrado”.
Caracterizado no solo por su intolerancia hacia Cuba, su apego a corruptelas y su rol de protagonismo, esta decisión de Lincoln Díaz Balart levanta sospechas sobre sus futuros planes, particularmente en un momento en que se fortalecen las voces a favor del levantamiento del bloqueo contra la Isla y cuando la ultraderecha norteamericana se fortalece ante la débil y viciada administración de Obama.
De su discurso en la FIU, hemos querido extraer algunos fragmentos para reflexionar sobre sus venideras intenciones:
“Uno de los logros de los que me siento más orgulloso fue la codificación del embargo de Estados Unidos contra la tiranía de Castro (el haber convertido el embargo en ley) y el requisito en la ley de que antes de que ningún Presidente de Estados Unidos pueda levantar el embargo, todos los presos políticos tienen que ser liberados, todos los partidos políticos, los sindicatos obreros y la prensa tienen que ser legalizados, y elecciones libres y pluripartidistas tienen que ser convocadas en Cuba.”
“Es importante reconocer que el equipo bipartidista que trabaja por la libertad de Cuba desde dentro del Congreso de Estados Unidos está plenamente formado y funcionando más eficazmente que nunca, dirigido por mis queridos colegas Mario (su hermano), Ileana (Ros Lehtinen: La loba feroz), Bob (Menéndez) y Albio (Siles), con el apoyo continuo y admirable de ésta comunidad.”
Su apología descarada a su desempeño personal, sumado a su no oculta megalomanía, no hacen descartable que Lincoln Díaz Balart aspire a ser promovido por la ultraderecha a cargos más descollantes dentro del sistema del stablishment norteamericano, incluso a que tenga aspiraciones como futuro gobernador de la Florida en los próximos años, o sea empleado como carta de juego para las presidenciales de 2012 por parte de los republicanos, o para ocupar, al menos, una cartera dentro de una futura administración republicana, si estos logran vencer a los demócratas en esa contienda electoral.
No se descarta tampoco que pueda aspirar al cargo de presidente del partido republicano en la Florida, en sustitución de Jim Greer, precisamente cuando los demócratas están cediendo terreno en el panorama político floridano.
El oportunismo político de Lincoln Díaz Balart es frecuente. Prueba de ello es cuando le retiró, junto a su hermano Mario, el apoyo al gobernador Charlie Crist en sus aspiraciones a ocupar un puesto en el Senado federal el pasado 23 de diciembre 2009, precisamente cuando éste perdió terreno en las encuestas contra su oponente, Marco Rubio, privándolo del apoyo de sus seguidores hispanos en los distritos que ellos representan. Otra prueba de ello es cuando renunció a ocupar la vacante en el Senado de Mel Martínez, sabiendo que este cargo en el Senado solo lo asumiría durante un año y seis meses. Luego se quedaría en blanco y no quería correr este riesgo.
Otra de las razones que pueden haber llevado a Lincoln Díaz Balart “a retirarse”, es buscar otros horizontes alternativos políticos, tanto para él como para su hermano Mario, debido a que pasan por momentos complejos en su actividad política. En el caso de Lincoln, vio reducido el apoyo al Partido Republicano en el 2008 en su distrito, gracias a un crecimiento de la preferencia de los electores por los demócratas. Su decisión de renunciar a su puesto en la Cámara Baja, busca favorecer a su debilitado hermano, propiciando un enroque para que Mario Díaz-Balart, cambie de distrito electoral, pudiendo optar en noviembre por el puesto que Lincoln deja vacante, en un distrito de mayor peso republicano y controlado por la mafia anticubana.
Pero tal vez el elemento más peligroso de sus desvaríos y ansias politiqueras, está relacionado con Cuba. Sin recato, declaró ante los presentes en la FIU:
“Estoy convencido que en el próximo capítulo de nuestra lucha, puedo ser más útil para el inevitable cambio, para la libertad, que ya se acerca para Cuba, como un ciudadano privado dedicado a ayudar a los héroes dentro de Cuba y al estudio y la propagación de las ideas y los ideales de La Rosa Blanca, fundada por mi padre, Rafael Díaz-Balart, en enero de 1959. La Rosa Blanca es un ideal en marcha.”
Al dejar mi cargo público y comenzar la próxima fase de la lucha sin tregua, continuaré sirviendo, porque el servicio es una vocación que hombres y mujeres en una sociedad libre pueden ejercer también como ciudadanos privados, y que yo siempre ejerceré.
Lincoln Díaz-Balart, luego de sus fracasos por lograr una supuesta “promoción de la democracia en Cuba”, pretende mantener la línea extremista en la que se ha codeado con otros representantes de la ultraderecha como Ileana Ros Lehtinen, Albio Sires, Bob Menéndez y su propio hermano.
Sus posiciones ideológicamente anticubanas le han ganado la simpatía de las principales organizaciones terroristas de origen cubano radicadas en el Condado de Miami Dade. El rol desempeñado por él en el secuestro del niño Elián González, sus posiciones a favor del ensañamiento contra nuestros Cinco Héroes, así como su descarado reclamo para mantener el férreo bloqueo contra Cuba, lo han colocado en la mira de los sectores ultraconservadores de EE UU, los que ven en él un adalid en su guerra ideológica contra Cuba.
Integrante, junto a una camada de mafiosos o servidores de la mafia anticubana, como la propia Ileana Ros Lehtinen, del Caucus Congresional Cuba Democracia, no ha vacilado en abogar de manera reiterada por la eliminación física, por medios violentos, de Fidel Castro y otros líderes de la Revolución. Ha apoyado, asimismo, a numerosos terroristas como Valentín Hernández. Orlando Bosch Ávila, Luis Posada Carriles, Pedro Crispín Remón, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll, Santiago Álvarez Fernández-Magriñá y Oswaldo Mitat, en los juicios y procedimientos legales implementados contra ellos, ejerciendo igualmente presiones para excarcelarlos o reducirles las condenas.
Su intolerancia anticubana se puso de manifiesto recientemente cuando el pasado 28 de enero 2010 atacó la presencia del grupo cubano Los Van Van en Miami.
Tufo en su actividad política
En varias oportunidades ha sido cuestionada la transparencia de Lincoln Díaz Balart como congresista, poniéndose en tela de juicio su honestidad al participar en corruptelas y favorecimientos a diferentes firmas empresariales. En esencia, Lincoln Díaz Balart ha recibido abultadas y sospechosas donaciones de empresas como Locust USA y Mark Two Engineering, a cambio de abrirles las puertas a jugosos contratos millonarios, sobre todo dentro de la actividad de la defensa.
Otro caso que involucró a Lincoln Díaz Balart y a su hermano Mario, tuvo lugar a inicios de los 90, cuando ambos exigieron 100 mil dólares a dos inversionistas colombianos de apellido Pinsky, quienes querían adquirir diversas propiedades en Miami y construir un hotel en Costa Rica, a cambio de favorecimientos políticos para lograr sus propósitos inversionistas.
El periodista Jean-Guy Allard denunció el 3 de junio del 2008 cómo los hermanos Díaz Balart, junto a Ileana Ros Lehtinen, se vieron involucrados en otro escándalo de corruptelas, al apoyar un proyecto de ley federal que beneficiaría a Hanger Orthopedic Group, una empresa de prótesis ortopédicas, a cambio de contribuciones recibidas a los congresistas por parte de sus dueños y de abrirle paso a otros potenciales contribuyentes.
Allard confirma en su artículo otro sonado caso de corrupción vinculado a Lincoln Díaz Balart: “Según el grupo Ciudadanos para la Responsabilidad y la Ética en Washington (Citizens for Responsibility and Ethics in Washington-CREW), la firma mafiosa Bacardí ha hecho contribuciones ilegales a cinco legisladores, incluyendo a los hermanos Lincoln y Mario Díaz-Balart.”
No en balde, su socia de corruptelas y de agresividad extremista contra Cuba, se lamentó sobre la decisión de Lincoln de abandonar su cargo en la Cámara Baja, con las siguientes palabras: "Hoy es un día triste para el Sur de la Florida. Hemos perdido a un luchador incansable por una Cuba libre y democrática" (…) "Estoy segura de que cualquiera que sea su labor, continuará siendo una voz fuerte y clara por la libertad de Cuba".
Autor: Percy Francisco Alvarado Godoy
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