El diario La República de Uruguay publica hoy un editorial en el cual se califica como inmerecida la designación de Cuba como país que promueve el terrorismo.
Con el título “Cuba es una nación ética” el texto recuerda que la isla en toda su historia de lucha y resistencia ha condenado al terrorismo, y ha mantenido una posición ejemplar ante cualquier acto de barbarie e injusticia.
Cuba ha sido víctima del terrorismo. ¿Cómo es entonces que los gobiernos norteamericanos la califiquen de promotora?, cuando ellos mismos no han sido capaces de juzgar a quienes practican el terrorismo contra Cuba, sino que más bien dan cobija a tales personajes y les permiten estar en libertad dentro del propio Estados Unidos.
El diario señala que el Parlamento cubano aprobó en 2001 la Ley 93 contra actos de terrorismo, la cual tipifica todos los actos de terrorismo internacional como delitos graves y estableció penas muy severas.
Se destaca además, que a pesar de los numerosos actos terroristas procedentes de territorio norteamericano contra Cuba, la isla ha mantenido una conducta intachable y limpia en relación con cualquier hecho que pueda afectar a los ciudadanos norteamericanos.
Cuba es una nación ética
Cuba no merece una designación como país que promueve el terrorismo, como lo ha dicho el gobierno de Estados Unidos. Cuba, con toda razón, ha rechazado, por ilegítimo, el mecanismo mediante el cual el gobierno de Estados Unidos se arroga el derecho a certificar la conducta de otras naciones en materia de terrorismo y a emitir listas discriminatorias y selectivas, con fines políticos, mientras asume una posición de doble rasero al no juzgar y permitir que sigan en libertad los responsables confesos de horrendos actos terroristas contra Cuba.
Cuba siempre ha tenido un desempeño ejemplar en la lucha contra el terrorismo a lo largo de su historia. Cuba condena todos los actos de terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones. El territorio de Cuba nunca ha sido utilizado, ni se utilizará jamás, para organizar, financiar o ejecutar actos terroristas contra ningún país, incluyendo a Estados Unidos. Cuba es Estado. Parte de los 13 convenios internacionales existentes en materia de terrorismo y cumple estrictamente con las obligaciones emanadas de las resoluciones 1267, 1373 y 1540 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en esta esfera.
Cuba no posee, ni tiene intención de poseer, armas de exterminio en masa de ningún tipo y cumple sus obligaciones en virtud de los instrumentos internacionales que ha suscrito en materia de armas nucleares, químicas y biológicas. La Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba aprobó, el 20 de diciembre de 2001, la Ley 93, “Contra actos de terrorismo”, la cual tipificó todos los actos de terrorismo internacional como delitos graves y estableció penas muy severas.
Cuba ha adoptado, además, medidas para prevenir y reprimir todo acto de terrorismo y todas las actividades relacionadas con este, incluida la financiación del terrorismo. Asimismo, ha incrementado la vigilancia de las fronteras y ha fomentado medidas para impedir el tráfico de armas e intensificar la cooperación judicial con otros países, para lo cual ha firmado 35 acuerdos en materia de asistencia jurídica y ha manifestado reiteradamente su disposición permanente de cooperar con todos los estados, en lo que respecta a esta materia.
En este espíritu, Cuba ha cooperado, incluso activamente, con el gobierno de Estados Unidos. En tres ocasiones (noviembre de 2001, diciembre de 2001 y marzo de 2002), Cuba propuso a las autoridades norteamericanas un proyecto de programa de cooperación bilateral para combatir el terrorismo, y en julio de 2009, Cuba reiteró su disposición a cooperar en esta esfera.
En varias ocasiones, las autoridades cubanas han hecho conocer al gobierno de Estados Unidos su disposición a intercambiar información sobre planes de atentados y acciones terroristas dirigidas contra objetivos en cualquiera de los dos países.
Sabido es que en 1984 Cuba alertó sobre un plan de atentado contra el presidente Ronald Reagan que condujo a la neutralización de los involucrados por parte de las autoridades norteamericanas. En 1998, se le concedió a la administración de Bill Clinton información sobre planes para estallar bombas en aviones de líneas aéreas cubanas o de otros países que viajaban Cuba. Asimismo, las autoridades cubanas han entregado al gobierno de Estados Unidos abundante información sobre actos terroristas cometidos contra Cuba. En 1997, 1998, 2005 y 2006 Cuba entregó al FBI cuantiosas evidencias sobre las explosiones con bombas en varios centros turísticos cubanos, dándole, incluso, acceso a información acerca de los autores de los hechos, detenidos en Cuba, y a testigos.
No debe olvidarse, además, que Cuba fue uno de los primeros países que condenó públicamente los criminales ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 en Estados Unidos, trasladó su disposición a brindar asistencia médica y humanitaria a las víctimas y ofreció de inmediato abrir su espacio aéreo y sus aeropuertos para recibir a los aviones de pasajeros con destino a territorio norteamericano. A pesar de los numerosos actos terroristas procedentes de territorio norteamericano contra Cuba, la isla ha mantenido una conducta intachable y limpia en relación a cualquier hecho que pueda afectar a los ciudadanos norteamericanos, porque Cuba es una nación que se rige por principios políticos y normas éticas.
Se debe condenar la inclusión arbitraria de Cuba en la lista de 14 países cuyos ciudadanos serán sometidos a nuevas medidas restrictivas por decisión del gobierno de Estados Unidos.
Es necesaria la inmediata exclusión de Cuba de la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo internacional”, ya que constituye una designación injusta, arbitraria y políticamente motivada, que contradice la conducta ejemplar de los cubanos en el enfrentamiento al terrorismo y pone en tela de juicio la seriedad de Estados Unidos en la lucha contra este flagelo.
(Con información de La República, Uruguay
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