Quizás
no haya en el mundo una ciudad como la nuestra que posea una bella música, una bella
letra, dedicada a la mujer que la habita, uno de los orgullos de la Ciudad
Monumento Nacional.
Nadie
puede soslayar el sentimiento que embarga a quienes tienen el placer de
escuchar esa obra, dedicada a una mujer, que a su vez se ha convertido en un paradigma
para sus coterráneas actuales.
Cierto
es que la letra resume una situación de desencuentro, que a través de la música
se desea resolver, por eso, aquella musa bajó con todas sus fuerzas
cristalizando aquel día de serenata que expresó amor por doquier.
La
mujer agraciada, jamás pensó que la pieza, exclusivamente dedicada a ella,
trascendería de un siglo a otro, atravesaría las fronteras de la ciudad y del
país, para dejarse escuchar en otros continentes.
No
hay bayamés o bayamesa, que estando en otros lares, pueda sustraerse de ese
instante supremo cuando voces, conocidas o no, se atreven a interpretarla.
El
hermoso canto marcó un antes y un después en cuanto a la canción romántica en
Cuba, sentó un precedente insólito hasta ese momento porque aun cuando han
pasado 164 años, sigue intacta, vigente.
Un
hecho interesante es que los autores de esta canción La Bayamesa, fueron José Fornaris y Luque y Carlos Manuel de
Céspedes, hombres de tanta sensibilidad y que lucharon por la emancipación
nacional.
La voz del tenor Carlos Pérez estremeció a la
bellísima mujer, de la que estaba profundamente enamorado Francisco Moreno
Castillo y fue tal el resultado que ambos se casaron y tuvieron siete hijos.
Luz Vázquez no era solo una mujer hermosa,
llevaba en sus genes el amor a la patria y a su independencia contribuyó de
manera extraordinaria.
Dos de sus hijos murieron, Pompeyo, el mismo
día en que Bayamo fue libre el 20 de octubre de 1868 y Francisco, siguiendo los
postulados libertarios de su padre, pero Doña Luz, no se amilanó ante el dolor.
Han transcurrido 164 años y La Bayamesa, ese
himno al amor, sigue demostrando su permanencia no solo entre los bayameses,
sino en aquellos que aman profundamente a la mujer cubana.
Luz Vázquez merece un monumento en su ciudad,
como también habría que erigir uno a esa canción inmortal inspirada en ella.
Sobre la distinguida bayamesa dijo uno de los padres de la nación cubana Francisco
Vicente Aguilera:¨¨...era una joya de inestimable valor¨¨.
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Letra de la cancion La Bayamesa
¿No recuerdas, gentil Bayamesa,
que tú fuiste mi sol refulgente,
y risueño en tu lánguida frente
blando beso imprimí con ardor?
¿No recuerdas que un tiempo dichoso
Me extasié con tu pura belleza,
Y en tu seno doblé la cabeza
Moribundo de dicha y amor?
Ven, y asoma a tu reja sonriendo;
Ven, y escucha amorosa mi canto;
Ven, no duermas, acude a mi llanto;
Pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas
Disipemos, mi bien, la tristeza;
Y doblemos los dos la cabeza,
Moribundos de dicha y amor.
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Letra de la cancion La Bayamesa
¿No recuerdas, gentil Bayamesa,
que tú fuiste mi sol refulgente,
y risueño en tu lánguida frente
blando beso imprimí con ardor?
¿No recuerdas que un tiempo dichoso
Me extasié con tu pura belleza,
Y en tu seno doblé la cabeza
Moribundo de dicha y amor?
Ven, y asoma a tu reja sonriendo;
Ven, y escucha amorosa mi canto;
Ven, no duermas, acude a mi llanto;
Pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas
Disipemos, mi bien, la tristeza;
Y doblemos los dos la cabeza,
Moribundos de dicha y amor.