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jueves, 3 de mayo de 2012

LO DIJO TOMAS BORGE




Solo una vez vi al Comandante Tomás Borge Martínez, uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua.

Fue en el año 1990 y me encontraba  en Managua, invitado por Pablo Milanés para cubrir periodísticamente la gira que pretendía realizar además, por El Salvador y Guatemala.

Las presentaciones del fundador de la Nueva Trova Cubana se realizaron en un sitio cerrado conocido por La Piñata y en el que para acceder había que someterse a un riguroso chequeo por parte de la policía, que buscaba armas blancas y de fuego.

Así se realizó ese concierto a pocos meses del triunfo del Frente Sandinista de Liberacion Nacional de Nicaragua contra la dictadura de Anastasio Somoza.

Concluidas las presentaciones en Managua, el periplo debió proseguir por otras dos naciones centroamericanas: El Salvador y Guatemala.

Las gestiones para ingresar en El Salvador se hicieron en la embajada de ese país en Managua, procurando obtener las visas que posibilitarían los conciertos en la capital de esa nación.

En esos trajines estaba el empresario salvadoreño de nombre Lenin en la embajada de su país en Managua, a quien acompañé en ese momento de las gestiones.
Todo acabó mal en cuanto a los trámites, pues Lenin, al presentarme ante el cónsul me identificó como periodista cubano que acompañaba a Pablo Milanés.

Aquel hombre, asustado, gritaba y volvía a gritar: ¨¨saquen a este terrorista de aquí¨¨. E insistía: ¨¨guardias, expulsen de aquí a este terrorista¨¨.

Yo me asusté pues hacia mí venían tres uniformados de la guarnición de la embajada dispuestos a cumplir la orden del cónsul que se refugiaba, no sé de qué, detrás de su hermosa mesa de trabajo.

Yo no lograba entender la posición del cónsul, Lenin tampoco, y me acompañó hasta el exterior de la legación diplomática, lejos de los gritos del diplomático y de los rostros severos de los guardias salvadoreños.

De la gestión de Lenin solo hubo una respuesta por parte del cónsul: al llegar al aeropuerto de San Salvador, recibirán las visas.

La cuestión era que en ese país el conflicto armado se recrudecía entre el ejército y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador.

Sobre la salida hacia esa nación se hablaba próximo a la piscina del hotel Las Mercedes, ubicado frente al aeropuerto internacional Augusto Cesar Sandino de Managua.

Cuando nadie lo esperaba, llegó hasta el grupo el Comandante Tomás Borge Martínez, y enterado del suceso de la embajada y de la imposición de visas solo al llegar al aeropuerto salvadoreño dijo algo que nos heló a todos: ¨¨Y ustedes no tienen miedo de entrar a El Salvador sin visas?¨¨.

¨¨Algunos que han pretendido entrar a esa nación con la promesa de recibir la visa en el aeropuerto, no han aparecido jamás¨¨.

Fueron suficientes esas palabras de alguien tan conocedor del conflicto armado en el país vecino.

La mañana siguiente tomamos el rumbo hacia La Habana en un avión Ilushin-18 de Cubana de Aviación, y al mediodía estábamos de vuelta en Cuba.
 

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