El rechazo de los senadores que integran la mafia anticubana se hizo explícito cuando él jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana testificó la semana pasada frente a una subcomisión de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
“Yo no creo que él hizo un buen trabajo en La Habana y no creo que él vaya a hacer un buen trabajo en Managua”, dijo Rubio a los reporteros tras la audiencia de la subcomisión de Asuntos del Hemisferio Occidental, la cual dirige Menéndez.
La nominación de Farrar como embajador tiene que ser aprobada por el Senado. Pero según las reglas del Congreso cualquier senador puede poner una “suspensión” a una nominación, la cual sólo se puede anular por medio de una votación de dos tercios del Senado.
Menéndez, quien recientemente de jactó de haber influido en el presidente Obama para lograr el perdón judicial del terrorista Posada Carriles en El Paso, ha dicho en privado al Departamento de Estado que él no pondría objeción a una asignación de Farrar a cualquier otra parte, pero que bloquearía su nominación para Nicaragua de ser presentada ante la comisión.
Rubio y Menéndez se quejaron en la audiencia de que Farrar era demasiado blando con el gobierno cubano, y que se necesitaba una persona más fuerte en Managua, otro de los países del ALBA a quienes la mafia cubano americana en el Congreso tienen en su mira golpista y subversiva.
Farrar se defendió enumerando los detalles de su larga carrera como funcionario del Servicio Exterior, incluyendo un período como alto oficial de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado.
Farrar está en la fase final de una asignación por tres años como jefe de misión en la Sección de Intereses de EEUU (USINT) en La Habana, donde los disidentes lo describen como alguien muy profesional pero que se ha mantenido a una mayor distancia de ellos que la mayoría de sus predecesores.
“Él ha sido el único que no se ha comunicado bien con nosotros”, declaró la "disidente" Martha Beatriz Roque al enterarse de que él podría ser reemplazado este verano por John Caulfield, quien es ahora el número dos en la embajada de EEUU en Venezuela.
Durante el mandato de Farrar en la SINA Martha Beatriz Roque sin dudas extrañó su excelente relación con su antecesor Michael Parmly a quien le solicitaba dinero via correo electrónico bajo el seudónimo de la tía McPato.
En la comparecencia de aprobación de Farrar ante la subcomisión, como era de esperarse, salió a relucir un crítico cable enviado por la USINT el 15 de abril del 2009 donde Farrar describía a los disidentes tradicionales de Cuba como demasiado viejos, con demasiadas rivalidades internas y escaso apoyo popular.
Hecho público por Wikileaks a fines del 2010, el cable fue firmado por Farrar aunque no está claro si él lo escribió. Farrar dijo a Rubio que las reglas del Departamento de Estado no le permitían hablar sobre los cables filtrados.
El despacho señalaba que los disidentes merecían el continuo apoyo de EEUU, y que algunos de sus problemas eran consecuencia de la infiltración de agentes de inteligencia del gobierno cubano para atizar sus rivalidades.
Pero añadió que los grupos disidentes “tienden a ser dominados por individuos egocéntricos que no trabajan bien juntos”, y señaló que “hemos visto poca evidencia de que la línea principal de organizaciones disidentes tengan mucha resonancia entre los cubanos comunes y corrientes”.
El cable subrayó que los disidentes más viejos tenían pocas probabilidades de jugar un papel decisivo en el futuro de la isla, y sugirió que el apoyo de EEUU debía dirigirse más bien a jóvenes blogueros y artistas.
Con información de El Nuevo Herald
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