Por Bárbara Vasallo
Por estos días un fenómeno singular afecta a un grupo de “facebukeros”cubanos: estar con la Revolución Cubana, con Fidel, Raúl y el pueblo, haprovocado la ira de obcecados que ante la falta de argumentos para debatirlibremente, han suplantado las identidades de algunos perfiles para
desacreditarnos.
Pareciera que algunos tienen miedo de que los 500 millones de internautascon diversidad de pensamiento, edad, etnia, creencia religiosa y afiliaciónpolítica que hoy conviven en la comunidad “Facebukera” conozcan del sentirde los cubanos y por eso se dedican a “hacerle sombra” a los perfiles
revolucionarios.
Dentro de esa gran muchedumbre estamos los que desde la Isla utilizamos la tecnología y posibilidades de la red social para hacer amigos y trasladar laverdad de nuestra Cuba al mundo, con absoluto derecho a expresarnos soberanamente.
La nueva modalidad de terrorismo mediático es la seguidilla de quienes carentes de verdades y caracterizados por el servilismo hacia quienes invierten millones de dólares para sobredimensionar la contrarrevolución cubana, pretenden valerse de las redes sociales para agredir, amenazar y
desacreditar a los que defienden el sistema social de La Isla, con la vehemencia de Facebook.
¿Acaso se creen lo que vociferan: que esa gran red les pertenece? Lo dudo.
La nueva estratagema consiste en "clonar" los perfiles de determinados periodistas cubanos,y otros amigos solidarios que residen fuera de la Isla, que en sus muros ofrecen una visión objetiva de lo que sucede en Cuba, desde la economía, la cultura o la sociedad misma.
Algunos de los “clonados” y no como la oveja Dolly son el periodista Arturo Chang, Carlos Sanabia, Mildred Legrá y esta reportera...
La contradicción aparece cuando necesitan usurpar identidades para dar validez a los contenidos obsoletos que proponen en pleno siglo XXI cuando despiertan los pueblos en aras de la unidad, solidaridad, salvar al planeta de la locura de una guerra nuclear o de los indolentes que ignoran los cambios climáticos y provocan el calentamiento global.
Tal es la reputación y veracidad de nuestros perfiles y propuestas en la red que la suplantan para captar la atención... Nosotros sencillamente aportamos, difundimos y compartimos mensajes, contenidos, artículos, también valoramos, nos relacionamos e involucramos en la gran telaraña que defiende a Cuba de la agresión en el ciber espacio (modalidad de guerra psicológica) para hacernos cambiar de opinión.
En la foto, el perfil "clonado" del colega Arturo Chang en Facebook
Pero todos esos empeños trasnochados son imposibles. Los que hoy nos suplantan, no saben que aquí hay mecha para rato y que contenidos y verdades no nos van a faltar porque los revolucionarios, los que crecimos con Fidel y seguimos dándolo todo por este proyecto social, no somos los disidentes de
Facebook, sino la verdad que cada día camina y llega a más personas.
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