Por M. H. Lagarde
"Vientos de cambios soplan allende los mares... mientras aqui intentan controlar la mas pequena brisa, el mas simple halito", dice la bloguera mercenaria en su twitter. Sin dudas, los cambios allende a los los mares a los que Yoani Sánchez se refiere es a la llamada Revolución de los Jazmines que, según pronostican sus superiores desde el Departamento de Estado, debe esparcirse por aquellos países árabes que no se encuentran entre las monarquías petroleras subordinadas a EE.UU.
La bloguera anda entusiasmada con el tema. Ayer mismo apuntaba también en Twitter: yoanisanchez Yoani Sánchez #cuba #GY Ecos de lo ocurrido en Egipto nos llegan poco a poco, si alguien puede enviarme mas info por sms a mi movil se lo agradeceria.
Sin dudas, algunos de sus muchos colaboradores le habrá soplado por sms que "los movimientos de protesta que comienzan a alcanzar los regímenes árabes tienen un punto en común: son conducidos en especial por jóvenes y las clases medias, a través de internet y las redes sociales".
En cuanto a "las brisas controladas", la bloguera por supuesto se refiere a ese otro personaje del bufo mercenario cubano quien en casi 24 horas ha entrado y salido dos veces de la estación de policía de Santa Clara, provincia al centro del país donde reside.
Es bueno recordar que no hace mucho Fariñas quien, como todos los nuevos mercenarios cubanos es también ciberperiodista, convirtió por obra y gracia de sus deseos, la estafa de unos proyeccionistas del cine de Santa Clara en una protesta antigubernamental.
No es de extrañar entonces que el mitómano Fariñas trate de convertir de todas maneras sus deseos en realidad aunque para ello tenga el que convertirse en el protagonista de la noticia.
A Fariñas, está claro
-como a la bloguera que asegura, también por twitter, que el huelguista no tiene salud para pasar una noche en la cárcel (pero sí al parecer para encaramarse a gritar sobre carros estatales)-, también la fascinan las protestas.
Tras ser liberado por segunda ocasión el suicida frustrado acaba de asegurarle a una agencia de prensa: "Me han apresado porque temen que el pueblo salga a la calle".
Mejor que Fariñas no toque esa tecla. Ya se sabe qué pasa en Cuba cuando el pueblo sale a la calle. RSF, HRW, protestan y El Nuevo Herald hasta publica un editorial sobre cómo las "hordas castristas" le hicieron un "mitin de repudio" a un pobre opositor chiflado.
Y volviendo "a los cambios que soplan allende a los mares..." Alguien debía decirle, via sms, tanto a la bloguera como al objeto de sus reportes: el alborotador Fariñas, que ninguno de los hombres que se incineraron en Tunez, u otros países árabes, eran ciberperiodistas por mandato del Departamento de Estado de EE.UU., ni muchos menos, acaparaban fortunas de premios recibidos a través de ONG ni parlamentos de país alguno.
Extrapolar circunstancias nunca es recomendable. Esperemos que a Fariñas no le de por quemarse 24 veces.
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