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viernes, 1 de octubre de 2010

MIENTRAS MÁS ARMAS NUCLEARES POSEA UN PAÍS, MENOS SEGURO ESTÁ

El eminente investigador y profesor de la Universidad de Rutgers, New Jersey, Dr. Alan


Robock, recientemente estuvo en Cuba y ofreció una conferencia en la Universidad de La

Habana, sobre el peligro de las armas nucleares.

A esta conferencia asistió el Cmdte. en Jefe, Fidel Castro Ruz. Posteriormente, fue

publicada su reflexión sobre lo explicado por el Dr. Robock.

Por la enorme importancia del tema, a continuación reproduzco fragmentos de lo publicado

sobre dicha conferencia, con comentarios del líder de la Revolución Cubana:

""Más de veinte mil armas nucleares están en manos de ocho países: Estados Unidos, Rusia,

Francia, Reino Unido, China, Israel, India y Pakistán; varios de ellos con profundas

diferencias económicas, políticas y religiosas.

La teoría del "invierno nuclear", desarrollada y llevada al nivel actual por el eminente

investigador y profesor de la Universidad de Rutgers, New Jersey, Dr. Alan Robock

-científico modesto que gusta de reconocer los méritos de sus compañeros más que los

suyos propios-, ha demostrado su veracidad.

Para ellos la única forma de evitar el uso de las armas nucleares es eliminándolas.

¿Cuánto espacio dedican a esa tarea los medios masivos de comunicación?

La teoría del "invierno nuclear" nos ha enseñado -expresa Robock- que: "Si tales armas no

existieran, no podrían ser utilizadas. Y en estos momentos no existe un argumento

racional para usarlas en lo absoluto. Si no pueden usarse, es necesario destruirlas y así

nos protegeríamos de los accidentes, los errores de cálculo o cualquier actitud

demencial".

Respecto a los Estados Unidos y Rusia, si bien cada uno se comprometió, en el mes de

abril de 2010 en Praga, a reducir su arsenal nuclear operativo hasta aproximadamente 2000

armas, la única forma real de evitar una catástrofe climática global sería eliminar las

armas nucleares.

"Es hora ya de que el mundo piense una vez más en los peligros de las armas nucleares, y

que esta vez adopte el camino hacia la paz y elimine la posibilidad de una catástrofe

climática global inducida por la energía nuclear, por primera vez desde mediados del

pasado siglo".

"De hecho, se ha evidenciado que mientras más armas nucleares posea un país, menos seguro

está."

Albert Einstein dijo: "El poder desencadenado del átomo lo ha cambiado todo excepto

nuestras formas de pensar, y es por ello que avanzamos sin rumbo hacia una catástrofe sin

precedentes".

Al final de la conferencia magistral le pregunté al profesor Alan Robock: ¿Cuántas

personas en el mundo conocen esos datos? Me respondió que "muy pocas". Le añadí: "¿En su

país, cuántas? "Igual -me respondió- no se conocen".

"Tal vez haya que buscar a los psicólogos para que expliquen por qué las masas no

entienden".

"Yo tengo la respuesta -exclamó el científico-: esto se llama negación. Es algo tan

horrible que las personas no quieran pensar en eso. Es más fácil simular que esto no

existe".

Lic. Orlando Fundora López,
Presidente de Honor del Consejo Mundial por la Paz



Le prometimos al profesor divulgar la información que nos brindó sobre la teoría del

"invierno nuclear".



Ninguna otra época de la historia humana guarda parecido con ésta. Con seguridad, si

tales riesgos no se comprenden por los que toman decisiones desde las alturas del inmenso

poder que la ciencia y la tecnología han puesto en sus manos, la próxima contienda

mundial será la última y transcurrirían, tal vez, decenas de millones de años antes de

que nuevos seres inteligentes intenten escribir su historia.""



Amigos y compañeros, Es necesario que se tenga conciencia de que no se trata simplemente

de la terrible fuerza expansiva de una detonación nuclear, sino que el humo y el polvo de

la explosión apagaran esta gigantesca lámpara de luz y calor que es el Sol y produciría

un cambio en el clima de todo nuestro planeta, donde se habrán terminado para siempre las

estaciones climáticas. Solamente habrá un terrible invierno que habrá desplazado para

siempre el verano, la primavera y el otoño, para quedar solamente y para siempre un

triste invierno.



Será la repetición de la caída del aerolito que algunos han calculado en 19 km de tamaño

que cayo en la península de Yucatán, levantando una gigantesca nube de polvo que trastoco

el clima, se extinguieron las plantas y la vida animal, trayendo la extinción de los

parsimoniosos y felices dinosaurios.



Es necesario que los jóvenes conozcan el futuro que les quieren deparar los que se creen

dueños del mundo, sin pensar que ellos también serán víctimas de sus ambiciones,

egoísmos y prepotencia.



La Habana, 28 de septiembre, 2010

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