Es el mismo sol de aquella eterna noche, que con estrella en la frente, volvió al sitio donde la historia sumó otra página de la rebeldía del pueblo cubano.
Llegaba de la Babel de Hierro donde intentaron segar su voz, honrándolo con la salida de un hotel, donde el verde olivo no encajaba con la mente en blanco de sus propietarios.
Y se fue para el Harlem de manos negras y corazones bondadosos, donde lo recibieron como se recibe a los hermanos que luchan por la redención humana.
No pudieron entonces cercenar el mensaje de Cuba en la políglota Nueva York, tampoco lo evitaron después en La Habana cuando desde la explosión provocada por un terrorista, organizó a los cubanos cuadra por cuadra.
Es él, el mismo sol de aquella eterna noche, el que hoy, con el optimismo de siempre, habló al pueblo que entre palmeras. escuchó el mismo mensaje casi cabalgando en la grupa del caballo del Generalísimo Máximo Gómez.
Fidel, el de siempre, recordó aquellos instantes de hace medio siglo cuando surgieron los Comités de Defensa de la Revolución. para cuidar las conquistas ya alcanzadas en ese momento y que hoy se multiplican por toda la Isla.
Mañana gloriosa en Cuba.
El mismo hombre que vio posarse una paloma en su hombro en aquel enero luminoso volvió hoy al sitio fundacional para continuar la lucha contra el imperio, que no cesará como prometió desde la Sierra Maestra.
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