Por Jean-Guy Allard
Al político puertorriqueño convicto por corrupción Jorge de Castro Font “lo querían silenciar” para que no involucrara a personajes del Partido Republicano, tales como los cubanoamericanos Lincoln Díaz-Nalart y Melquiades “Mel” Martínez, revela el diario Primera Hora al señalar como se propuso al ex senador no acusarlo en cambio de su colaboración.
Poco después de su arresto por corrupción por el FBI, el 28 de agosto del 2008, Jorge de Castro Font, reveló haber realizado un viaje especial a Florida en el 2004 para entregar al congresista mafioso Lincoln Díaz-Balart “unos chequecitos” de contribuciones ilegales.
El reporte del rotativo puertoriqueño publicado este jueves y firmado por la periodista Rosita Marrero precisa como “durante el periodo de allanamiento al hogar y acusación contra el ex senador, le enviaron emisarios de parte de uno que otro miembro de la alta cúpula del Partido Nuevo Progresista (PNP)”, además de un “comunicador” que le llevó un primer mensaje “enviado por prominentes miembros de la mayoría en la Asamblea Legislativa”.
El día en que autoridades federales allanaron su oficina y su domicilio, el entonces senador “recibió una visita” que “le propuso callar y a cambio no lo acusarían a nivel local y cuidarían de su familia”, dijo una fuente a Primera Hora.
Tras la acusación, el 4 de diciembre de 2008, “otra fuente indicó a Primera Hora que De Castro recibió la visita, no de uno, sino de tres mensajeros para que no hablara de presuntas alegaciones que se hacen de actos delictivos muy específicos, de personas muy específicas, que tienen que ver con unos donativos que se le hicieron al congresista republicano cubano de Florida Mel Martínez”
El senador federal Melquiades “Mel” Martínez renunció de forma inesperada en agosto de 2009.
Primera Hora indica como los emisarios estuvieron esperando por la respuesta de De Castro Font hasta el 30 de diciembre cuando la Comisión de Ética del Senado refirió el informe de De Castro Font al Departamento de Justicia.
El reportaje del diario puertorriqueño deja entrever la posibilidad real que el FBI tenga información de que tanto Mel Martínez como ahora Lincoln Diaz-Balart (que acaba de renunciar a su escaño) hayan recibido donaciones ilegales de De castro Font y sus amigos en Puerto Rico.
Queda al Departamento de Justicia en Washington D.C. profundizar la investigación y radicar las debidas acusaciones, lo que ahora depende de las luchas de influencias en el laberinto de un sistema que no se caracteriza por su transparencia.
Chequecitos para Lincoln
En declaraciones reportadas anteriormente por la prensa puertorriqueña, Castro Font aseguró en el 2008 haber efectuado el viaje en un avión privado de American Airlines para entregar el dinero al congresista mafioso de parte de la familia Fonalledas, propietaria de Plaza Las Américas.
Castro Font explicó que fue a la Florida en compañía del entonces candidato al puesto de comisionado residente, Luis Fortuño.
Agentes del FBI y del Servicio de Rentas Internas de EE.UU. (IRS) allanaron la residencia y la oficina del Senado de Castro Font el 24 de agosto de 2008 e incautaron documentos y armas.
De Castro Font enfrentó 32 cargos federales por solicitar dinero para aprobar proyectos de ley.
En este mismo periodo, se reveló en Estados Unidos como el mayor de los
Díaz-Balart en el Congreso había conseguido millones de dólares en fondos federales a favor de contratistas de defensa de su distrito de Miami-Dade que contribuyeron a su campaña política y a la de su hermano Mario Díaz-Balart.
Locust USA y Mark Two Engineering aportaron a las campañas y comités de acción política de los Díaz-Balart en el 2001 con 67 000 dólares.
Locust recibió un contrato de 20, 8 millones del Pentágono para fines de investigación y desarrollo entre el 2001 y el 2007, lo que nunca fue investigado como debido, el politiquero teniendo su red de protección.
Melquiades Martínez y Lincoln Díaz-Balart acaban de renunciar a su carrera política. Atribuyeron ambos su salida del Congreso a motivos familiares y a su deseo de “luchar a favor de Cuba”, A los pocos días de su salida, “Mel” Martínez se reapareció en una firma de cabildeo vinculada a la Bacardi que ya había favorecido desde el senado. No se sabe cuales son los nuevos planes de Díaz-Balart para beneficiarse de sus contactos privilegiados en el aparato de corrupción federal.
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