Lleva en su alma todo el amor de su pueblo de tabaqueros, pescadores y zapateros.
Lleva la impronta de la poesía de Navarro Luna como símbolo de una cubanía asentada entre palmeras y el salitre de su bahía.
Lleva además todos los sonidos que la rodean, todos esos cantos nacidos entre los cañaverales y los cafetales y las insondables profundidades de una música que ya dejó de ser de ellos para alzarse como propiedad genuina del patrimonio nacional.
Para ellos este momento significa un punto de partida, esa nave cuyo capitán no descansa buscando nuevos horizontes, no tiene puerto de atraque, siempre tendrá la vía abierta en todos los mares para continuar la ruta iniciada hace ocho lustros.
Podría ser denominada Guardiana Musical del Guacanayabo, por donde jamás entrarán las perturbadores sonoridades carentes de lo bello, por allí, como celadora de lo bueno, se erige como muro infranqueable, defendiendo nuestra cultura como lo que es: Escudo y Espada de la Nación.
Cuántas personas en este mundo, el cercano y el de más allá de nuestras costas habrán disfrutado de sus ritmos?
Cuántas personas habrán encontrado la felicidad, disfrutando de sus presentaciones?
Son millones, y en su extenso andar están reflejados todos los pueblos y ciudades de la Isla, que vibra al compás de sus interpretaciones, que se mueve, que aplaude, que los identifica como auténticos embajadores.
Manzanilleros de pura cepa, nunca han pensado alejarse de ese terruño bañado por el sol del Caribe, no podrían vivir fuera de ese espacio, les faltaría el oxígeno que el pueblo les regala, como recíproca acción ante tanta demostración de amor certificada por los años.
Vale entonces el propósito de adueñarnos de la efemérides, vale porque ellos, han derramado mucho sudor para alcanzar la cúspide del éxito, vale porque los sentimos propios, como hermanos que nos dan como saludo una buena pieza musical.
Este puede ser un recuento a la manera de un cronista atenazado por el tiempo, pero en pocas palabras no se plasman todas las imágenes que adornan su trayectoria.
Sirvan entonces estas palabras, nacidas al calor de sus 45 años, como homenaje para los que todos los días regalan a los cubanos una muestra de humildad, disciplina, de talento y de amor para la tierra que los vio nacer.
Felicidades para la Orquesta Típica Original de Manzanillo.
Autor: David Rodriguez
Lleva la impronta de la poesía de Navarro Luna como símbolo de una cubanía asentada entre palmeras y el salitre de su bahía.
Lleva además todos los sonidos que la rodean, todos esos cantos nacidos entre los cañaverales y los cafetales y las insondables profundidades de una música que ya dejó de ser de ellos para alzarse como propiedad genuina del patrimonio nacional.
Para ellos este momento significa un punto de partida, esa nave cuyo capitán no descansa buscando nuevos horizontes, no tiene puerto de atraque, siempre tendrá la vía abierta en todos los mares para continuar la ruta iniciada hace ocho lustros.
Podría ser denominada Guardiana Musical del Guacanayabo, por donde jamás entrarán las perturbadores sonoridades carentes de lo bello, por allí, como celadora de lo bueno, se erige como muro infranqueable, defendiendo nuestra cultura como lo que es: Escudo y Espada de la Nación.
Cuántas personas en este mundo, el cercano y el de más allá de nuestras costas habrán disfrutado de sus ritmos?
Cuántas personas habrán encontrado la felicidad, disfrutando de sus presentaciones?
Son millones, y en su extenso andar están reflejados todos los pueblos y ciudades de la Isla, que vibra al compás de sus interpretaciones, que se mueve, que aplaude, que los identifica como auténticos embajadores.
Manzanilleros de pura cepa, nunca han pensado alejarse de ese terruño bañado por el sol del Caribe, no podrían vivir fuera de ese espacio, les faltaría el oxígeno que el pueblo les regala, como recíproca acción ante tanta demostración de amor certificada por los años.
Vale entonces el propósito de adueñarnos de la efemérides, vale porque ellos, han derramado mucho sudor para alcanzar la cúspide del éxito, vale porque los sentimos propios, como hermanos que nos dan como saludo una buena pieza musical.
Este puede ser un recuento a la manera de un cronista atenazado por el tiempo, pero en pocas palabras no se plasman todas las imágenes que adornan su trayectoria.
Sirvan entonces estas palabras, nacidas al calor de sus 45 años, como homenaje para los que todos los días regalan a los cubanos una muestra de humildad, disciplina, de talento y de amor para la tierra que los vio nacer.
Felicidades para la Orquesta Típica Original de Manzanillo.
Autor: David Rodriguez
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