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lunes, 4 de abril de 2016

DOS INOLVIDABLES HOMBRES, DOS INOLVIDABLES HISTORIADORES

Bayamo ha sido asiento, temporal o definitivo, de muchos cubanos nacidos en otras partes de nuestro hermoso país, y que una vez aquí, dejaron una impronta maravillosa.

En muchas ramas de la vida esas personas se distinguieron por lo que ya son parte de la historia de la ciudad monumento nacional a la que honraron con su presencia.

Una de estas personas había nacido en tierras holguineras y se refugió en Bayamo para bien de los ciudadanos autóctonos porque nos doto de importantes investigaciones acerca de la historia de la ciudad.

Enrique Orlando Lacalle y Zouquet trabajo de manera incansable por la historia bayamesa, labor a la que dedico toda su vida dejando un legado que las generaciones actuales agradecen en toda su dimensión.

Lacalle tenía una proverbial manera de tratar a quienes buscaban conocer más sobre la actual capital granmense y jamás negó sus conocimientos ni a historiadores ni a estudiantes.

Otro historiador que dio mucha luz a los acontecimientos bayameses fue José Carbonell Alard, natural de Manzanillo, pero casi inmediatamente fue trasladado a Bayamo.

Su paso por esta ciudad estuvo matizado en ideas para la conservación de la historia y a él se debe un libro imprescindible que es fuente de consulta de los entendidos en esa materia y aquel que desee conocer más a Bayamo.

El texto, titulado Estampas de Bayamo, recoge vivencias acerca de la historia escrita en la ciudad, comenzó a gestarse por Carbonell en 1967, apoyándose en publicaciones de otras épocas.

Sin duda estos dos seres humanos contribuyeron al conocimiento de la historia de la ciudad y lo hicieron con una entrega absoluta demostrando amor por Bayamo, lo que se reconoce por nuestra sociedad.

Enrique Orlando Lacalle y José Carbonell merecen ser recordados por todos los que amamos a esta ciudad, pues dejaron sus mejores años en búsqueda de informaciones acerca de los principales acontecimientos de la misma.

Todo lo que hicieron investigando para que la historia bayamesa no muriera demuestra el cariño y el apego a esta tierra que aprendieron a amar y defender desde el ángulo de la historia local.

A ellos debemos muchas soluciones a los misterios que la propia historia genera, por lo que están siempre presentes en las nuevas generaciones de bayameses que aprecian en grado sumo todo lo que aportaron.

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