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jueves, 29 de enero de 2015

QUE VIVA LA MUSICA!!!





Cuando la música es buena, bien interpretada, puesta en escena con  amor, destinada a satisfacer las necesidades espirituales de los que la escuchan, estamos ante un instante supremo de felicidad.

Un músico solo, con su instrumento, puede ennoblecer el alma de aquella persona que se pueda considerar neófita en ese mundo de las sonoridades, pero cuando son tres el camino se achica, hace más cercano ese instante.

En Bayamo hay muchos jóvenes músicos que están sentando pauta en su cotidiano bregar en ese difícil campo, se van nutriendo de sus conocimientos y el talento surge como agua de manantial.

Ejemplos existen en nuestra ciudad, algo que resulta estimulante para el público que disfruta, pues cuando escucha la buena música, eleva el buen gusto que debe primar en toda presentación.

Piano, violín y percusión son instrumentos que pueden dejar sellado un buen momento en la vida de las personas, que por ejemplo, asisten al restaurante 1513 de la capital granmense.

Piano, Mauricio, violín, Vladimir, percusión Luis Carlos, tres jóvenes amantes del mejor repertorio cubano, ese que ha prestigiado a nuestro desde hace mucho tiempo, interpretado con respeto y amor por ellos.

Danzones, guarachas, piezas del cancionero latinoamericano, inundando el espacio del emblemático restaurante 1513, con una maestría digna de sus maestros que les han enseñado las claves para el triunfo artístico.

Tres lindas cubanas, ese danzón legendario hizo mover a más de uno sus pies, llevando el ritmo de esa cadencia propia para enamorados de cualquier edad, porque ese ritmo tuvo su inicio en Matanzas pero no tiene caducidad.

Y qué decir de esa brillante interpretación de ese himno del corazón que es Madrigal, del boricua Don Felipe Rivera Goyco, tocado con dedos mágicos por el violín de Vladimir.

Ese momento quedo cristalizado en el silencio producido al escucharse los primeros acordes de ese tema popularizado por el también puertorriqueño Danny Rivera.
Mauricio, Vladimir y Luis Carlos integran el pequeño formato denominado Espacios Vivos, y si que tiene vitalidad este trío que ojala perdure para toda la vida en nuestra ciudad.

Qué bueno contar con músicos de tanta valía!!!

Qué bueno tener tan cerca la posibilidad de viajar con la música a cuestas por este mundo de las sonoridades que cobran vida y buena vida en este trío Espacios Vivos!!

FRANCISCO MACEO OSORIO: PATRIOTA ENTERO





En la zona de Los Horneros, perteneciente a las montañas de Guisa, hay una modesta tumba que guarda los restos de uno de los más grandes hombres de aquella generación que propicio el levantamiento en La Demajagua.

Había nacido en Bayamo el 26 de marzo de 1828. Estudio en su ciudad natal, La Habana y España donde se recibió de Licenciado en Legislación y Jurisprudencia.

Era un hombre valiente y no vacilo en asumir una posición independentista, sumándose a las huestes cespedianas, que ya habían sufrido el revés de Yara desde donde se dirigieron hacia Bayamo.

Ya desde tres años antes del épico alzamiento, Maceo Osorio había tenido conversaciones con otros ilustres hombres de la ciudad en las que hablaban de la necesidad de despojar a la Isla de la tutela de España.

Desde mucho antes del 10 de octubre de 1868 existían diferencias entre Carlos Manuel de Céspedes y Francisco Maceo Osorio, las que posteriormente se hicieron más notorias.

Aun asi el Padre de la Patria le confirió nombramientos importantes como Teniente General y Secretario de Guerra y Marina, pero estas decisiones de Céspedes no le hicieron disminuir las contradicciones con este.

Los historiadores deben hurgar mas para encontrar las razones de esa enemistad con Carlos Manuel de Céspedes que llego a prohibirle la entrega de un pasaporte para que este saliera del país.

Este es un ejemplo de las contradicciones que rodearon a estos grandes hombres que teniendo el ideal de una patria libre, confrontaron en el plano personal perjudicando la unidad de los revolucionarios.

Estos problemas, sin embargo, no disminuyen el aporte de Francisco Maceo Osorio a las ansias de libertad e independencia de los cubanos y esa es la verdad histórica que debemos reconocer.

Y como la historia es veleidosa, cuando se produce el fallecimiento de Maceo Osorio debido a la fiebre perniciosa, es Carlos Manuel de Céspedes quien despide el duelo del Mayor General del Ejército Libertador.

Desde el 6 de noviembre de 1873, a orillas del rio Guama, en Los Horneros, Guisa, reposan los restos de uno de los patriotas de la gesta emancipadora cubana: Francisco Maceo Osorio.

jueves, 8 de enero de 2015

LA QUEMA DE BAYAMO





Hay fechas patrias que conmueven, que generan sentimientos de orgullo, que nos hacen crecer como seres humanos habitantes de una tierra extraordinaria, bella y con una estremecedora historia.

Bayamo es todo eso y mucho más. Es sol para la oscuridad. Es aliento para los desanimados. Es insoslayable por lo vivido. Es, en fin, un crisol en el firmamento.

Y de su gente, qué decir? Personas que valoran la inmensidad del sitio donde nacieron y viven, que sustentan ese amor por el terruño en cada amanecer, en cada anochecer, en cada instante de la vida.

Y este es uno de esos días en los que la memoria no se deja moler por el paso del tiempo, esta se mantiene intacta en su esencia, pero agregando valores que la hacen grandiosa.

12 de enero y la evocación de aquel hecho toma características muy hondas en los corazones de los bayameses, quienes saben de la trascendencia de lo sucedido.

Y a la luz de los años transcurridos de la épica acción, podemos preguntarnos muchas cosas inherentes a lo que se vivió hace 146 años.

¿Cuántas personas derramaron lágrimas al tener que decidir ante el supremo acto de quemar sus viviendas y marcharse al monte, desprovistas de sus propiedades?

¿Cuántos de aquellos bayameses habrán tenido sus dudas acerca de la importancia de quemar la ciudad antes de que cayera nuevamente en manos de los colonialistas?

¿Cuánta riqueza se perdió entre las llamas de la libertad aquel día en que se apostó por el fuego como herramienta de lucha contra el poder colonial español?

No hay duda, se perdió mucho de lo material existente, se perdió el techo de los bayameses, pero se ganó en virtud, en patriotismo, en grandeza.

Aquel fue un heroico llamado de la conciencia de un naciente pueblo en revolución, que había nacido en estas tierras como llama de libertad de todos los cubanos.

lunes, 5 de enero de 2015

A LA MEMORIA DE EDUARDO ROSILLO







No guardo con exactitud la fecha en que por primera vez hablé con Eduardo Rosillo.

Fue en Bayamo y salía del hotel Royalton, ubicado en la Plaza de la Revolución, acompañado por su esposa.

 

Nunca olvidaré ese instante pues al presentarme con trabajador de Radio Bayamo noté en él la alegría de encontrarse con un colega del sector oriundo de la ciudad.

Naturalmente que luego tuvimos otros encuentros, tanto en La Habana como en la Ciudad Monumento Nacional, que siempre lo acogió con mucho cariño.

Hombre de una simpatía enorme en el pueblo cubano, en una ocasión, de las tantas en Bayamo, me pidió que lo llevara a la casa del doctor Hugo Estrada, por sugerencia de su primo, otro médico, Galainena.

De ese encuentro con el doctor Estrada surgió una sincera amistad, que hizo visitarle cuantas veces venía o pasaba por nuestra ciudad bayamesa.

Recuerdo una simpática anécdota acontecida en plena calle Máximo Gómez, frente a la casa del doctor Hugo Estrada, en una reunión de amigos, en la que el ron también tuvo su protagonismo.

Se hablaba de muchos temas, especialmente de música, el plato fuerte que distinguía a Rosillo y de la cubana en particular, que defendió a capa y espada.

En ese momento llegó al lugar un conocido animador de entonces, que presentaba el espectáculo del cabaret Bayam y que respondía por el apellido de Valdés, personaje que vestía siempre de traje y corbata.

Amigo de Hugo, Valdés dijo que se había enterado de la presencia de Rosillo en Bayamo y quería saber donde estaba pues él había sido su maestro de locución en La Habana.

Todos quedamos boquiabiertos con esa noticia, pero los presentes le seguimos la corriente y comenzamos a interrogar a Valdés acerca de esa historia sobre sus clases a Rosillo en cuanto a locución.

Dijo que lo había conocido en La Habana y que le cayó bien desde que escuchó su voz al conversar en un sitio no especificado de la capital cubana.

Valdés se deshizo en comentarios sobre las posibilidades de Rosillo como locutor y manifestó su alegría por haberle ayudado para llegar a trabajar como tal.

El auditorio seguía ensimismado con aquellas expresiones de Valdés pues ponía mucho énfasis en lo que estaba diciendo, con seguridad y con la confianza de ser creído por los presentes.

Luego de empinar el codo en más de una ocasión, Valdés le preguntó al doctor Hugo Estrada donde estaba hospedado Rosillo para ir a saludarlo en esa estancia bayamesa del afamado locutor.

Hugo le preguntó: ¨¨Valdés tú realmente conoces a Eduardo Rosillo?¨¨

La respuesta fue tajante: ¨¨claro compadre, dime donde está?¨¨.

El médico se levantó de su silla y le dijo: Este que está aquí, a mi lado, es Eduardo Rosillo Heredia, mi amigo el locutor de Radio Progreso.

Valdés casi se atraganta con el ron.

Aquello se vino abajo entre carcajadas.

Valdés no lo conocía.