La noche de este jueves quedará en la memoria de muchas personas del
planeta, como la ocasión de observar en directo a los que aman y construyen y
a los que odian y destruyen.
El paso dado por la Revolución Bolivariana de sostener un dialogo con la oposición venezolana de manera directa, en vivo y con todos los matices, ha resultado un triunfo de la verdad que nadie podrá cuestionar.
Fue un acto valiente que el Presidente Nicolás Maduro propusiera en innumerables oportunidades, recibiendo la negativa de los que, desde las sombras o en plena luz del día, son enemigos de ese proyecto social.
La televisión mostró los dos ángulos de la sociedad venezolana, de uno las caras severas y gestos nerviosos de los opositores y del otro, la serenidad de los bolivarianos conscientes del rol que desempeñan en su patria.
Aquellos que hace doce años intentaron aplastar el proceso iniciado por Hugo Chávez, han vuelto a las andadas de la violencia, desesperados por la derrota de hace un año y de la derrota de cuatro meses.
Pensaron que desaparecido lamentablemente el Comandante, estarían las condiciones creadas para el zarpazo final que los llevaría al poder, a pesar de los conocidos actos electorales en los que han sido derrotados.
Los opositores, que han generado las actuales circunstancias que vive la patria de Bolívar, se presentaron en el dialogo como mansas ovejitas, pretendiendo vender la imagen de gente buena.
La vida ha demostrado que no son esas ovejas y si unos lobos dispuestos a todo por alcanzar el poder en la rica nación sudamericana, empeño en el que han contado con el apoyo financiero del Gobierno de Estados Unidos.
Escudándose ahora en falsos estudiantes que según sus planteamientos hacen reclamos ´´pacíficos´´ pero con cocteles Molotov encendidos en sus manos, alzan sus voces para que sean escuchados.
Olvida la oposición venezolana los llamados hechos por ellos mismos a sus seguidores para desconocer los resultados de las elecciones municipales, cuando lanzaron a la calle a hordas que provocaron once muertes.
Ningún político serio insta a sus parciales a destruir, quemar, asesinar a los adversarios, y esto es lo que ha ocurrido ahora pero con el triste y lamentable saldo de 41 personas fallecidas desde el 12 de febrero.
No vi arrepentimiento alguno entre los integrantes de la MUD, no escuche lamentos por la violencia y lo que esta ha generado y lamentablemente no escuche algún mensaje de condolencia para los familiares de los muertos.
Es increíble que no acepten su responsabilidad en esta última escalada de violencia durante la que han llamado a forzar la salida del gobierno legítimamente constituido.
Salida ya, ha sido la consigna que han esgrimido tanto Leopoldo López, como María Corina Machado, haciendo caso omiso de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Estos representantes de la oposición desean alcanzar el poder por la via de la violencia porque por la ruta electoral han sido neutralizados por el pueblo de Venezuela.
El dialogo es positivo, pero lo sería mucho más en la medida de que la oposición deje la hipocresía a un lado y asuman la posición que corresponde a políticos serios.
Escuchar a uno de ellos refiriéndose a los pobres de esa nación sudamericana es un insulto a la inteligencia humana, ellos que en la cuarta república no hicieron absolutamente nada por estos.
Son tan radicales que no ven nada bueno en lo hecho por el Gobierno Bolivariano, no reconocen la alfabetización impulsada y lograda por Chávez, no reconocen el gigantesco esfuerzo en el área de la salud.
Solo personas de mente fascista pueden cuestionar que el pueblo sepa leer y escribir, solo personas de mente fascista pueden cuestionar que el pueblo tenga atención médica gratuita en toda la geografía venezolana.
Los mal llamados estudiantes, han quemado instituciones, centros de salud, escuelas y universidades. Han destruido parques, han bloqueado calles, han hostigado incluso a personas de su misma filiación política.
Eso se llama fascismo, quien le de otro nombre se convierte en cómplice de esos desmanes que tanto daño han hecho a la sociedad venezolana.
El dialogo comenzó anoche. Tres cancilleres de Unasur y un representante del Vaticano estaban presentes.
La verdad se impuso y le ganó a la mentira.
La honestidad se im
puso y derrotó a la hipocresía.
El paso dado por la Revolución Bolivariana de sostener un dialogo con la oposición venezolana de manera directa, en vivo y con todos los matices, ha resultado un triunfo de la verdad que nadie podrá cuestionar.
Fue un acto valiente que el Presidente Nicolás Maduro propusiera en innumerables oportunidades, recibiendo la negativa de los que, desde las sombras o en plena luz del día, son enemigos de ese proyecto social.
La televisión mostró los dos ángulos de la sociedad venezolana, de uno las caras severas y gestos nerviosos de los opositores y del otro, la serenidad de los bolivarianos conscientes del rol que desempeñan en su patria.
Aquellos que hace doce años intentaron aplastar el proceso iniciado por Hugo Chávez, han vuelto a las andadas de la violencia, desesperados por la derrota de hace un año y de la derrota de cuatro meses.
Pensaron que desaparecido lamentablemente el Comandante, estarían las condiciones creadas para el zarpazo final que los llevaría al poder, a pesar de los conocidos actos electorales en los que han sido derrotados.
Los opositores, que han generado las actuales circunstancias que vive la patria de Bolívar, se presentaron en el dialogo como mansas ovejitas, pretendiendo vender la imagen de gente buena.
La vida ha demostrado que no son esas ovejas y si unos lobos dispuestos a todo por alcanzar el poder en la rica nación sudamericana, empeño en el que han contado con el apoyo financiero del Gobierno de Estados Unidos.
Escudándose ahora en falsos estudiantes que según sus planteamientos hacen reclamos ´´pacíficos´´ pero con cocteles Molotov encendidos en sus manos, alzan sus voces para que sean escuchados.
Olvida la oposición venezolana los llamados hechos por ellos mismos a sus seguidores para desconocer los resultados de las elecciones municipales, cuando lanzaron a la calle a hordas que provocaron once muertes.
Ningún político serio insta a sus parciales a destruir, quemar, asesinar a los adversarios, y esto es lo que ha ocurrido ahora pero con el triste y lamentable saldo de 41 personas fallecidas desde el 12 de febrero.
No vi arrepentimiento alguno entre los integrantes de la MUD, no escuche lamentos por la violencia y lo que esta ha generado y lamentablemente no escuche algún mensaje de condolencia para los familiares de los muertos.
Es increíble que no acepten su responsabilidad en esta última escalada de violencia durante la que han llamado a forzar la salida del gobierno legítimamente constituido.
Salida ya, ha sido la consigna que han esgrimido tanto Leopoldo López, como María Corina Machado, haciendo caso omiso de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Estos representantes de la oposición desean alcanzar el poder por la via de la violencia porque por la ruta electoral han sido neutralizados por el pueblo de Venezuela.
El dialogo es positivo, pero lo sería mucho más en la medida de que la oposición deje la hipocresía a un lado y asuman la posición que corresponde a políticos serios.
Escuchar a uno de ellos refiriéndose a los pobres de esa nación sudamericana es un insulto a la inteligencia humana, ellos que en la cuarta república no hicieron absolutamente nada por estos.
Son tan radicales que no ven nada bueno en lo hecho por el Gobierno Bolivariano, no reconocen la alfabetización impulsada y lograda por Chávez, no reconocen el gigantesco esfuerzo en el área de la salud.
Solo personas de mente fascista pueden cuestionar que el pueblo sepa leer y escribir, solo personas de mente fascista pueden cuestionar que el pueblo tenga atención médica gratuita en toda la geografía venezolana.
Los mal llamados estudiantes, han quemado instituciones, centros de salud, escuelas y universidades. Han destruido parques, han bloqueado calles, han hostigado incluso a personas de su misma filiación política.
Eso se llama fascismo, quien le de otro nombre se convierte en cómplice de esos desmanes que tanto daño han hecho a la sociedad venezolana.
El dialogo comenzó anoche. Tres cancilleres de Unasur y un representante del Vaticano estaban presentes.
La verdad se impuso y le ganó a la mentira.
La honestidad se im
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