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Andrés Gómez salió de Cuba en 1960. Tenía 13 años. Sus padres
decidieron hacer el viaje a Miami, Estados Unidos, con la idea de
regresar en poco tiempo a la Isla.
Ese fue el pensamiento de muchos de los que abandonaron el país en aquellos años iníciales del proceso revolucionario cubano.
Creían que la revolución se vendría abajo en un tiempo corto, teniendo
en cuenta la cercanía e influencia del Gobierno de Estados Unidos desde
el mismo comienzo del siglo 20.
Todo quedó ahí. Nunca
regresaron. Se establecieron fundamentalmente en Miami, desde donde
comenzarían a gestarse y producirse agresiones armadas a Cuba.
Con tan corta edad, Andrés Gómez no dejó que la bandera nacional, el
Himno de la patria y las palmas reales salieran de su mente, más bien
puso esos símbolos en su cabecera.
Eso es lo que ha permitido
que en medio de la hostilidad del Gobierno de Washington y los
batistianos que huyeron de Cuba en 1959, el amor por su pueblo, lejos de
desaparecer se agigantó en su corazón.
Pasó el tiempo y el
afán de mantener su contacto con la tierra que lo vio nacer hizo que
comenzara a organizar en su mente la posibilidad del regreso a la Isla, y
alcanzó ese objetivo.
En 1974 constituyó la Brigada Antonio
Maceo, conformada por jóvenes que habían salido de Cuba siendo niños y
que ya adultos necesitaban del oxígeno de esta parte del Caribe.
Logró ese empeño a pesar de las amenazas y las agresiones de los malos
cubanos residentes en Miami que habían decidido que nadie volviera a
Cuba.
No fueron pocos los momentos tensos que caracterizaron
aquellos años tumultuosos en los que Andrés seguía con su propósito de
establecer relaciones con la Isla.
Los enemigos de ese proyecto
volvían a amenazar y no solo eso, llegaron hasta la agresión física en
el intento de paralizar el intento, como si fuese delito volver a la
tierra natal.
Cuando en la mañana de este sábado 13 de abril
Andrés Gómez hablaba acerca de las luchas cubanas por la independencia
se le agrandaba el alma pues lo hacía desde Bayamo, cuna de la
Nacionalidad Cubana.
Recordó la importancia de la ciudad en el
largo peregrinar de los cubanos por alcanzar la definitiva libertad,
período que ha costado miles de vidas para alcanzar la redención.
Dijo además que en ese momento recordaba a la emigración cubana de
Estados Unidos en el siglo 18, que ayudaba a José Martí con dinero para
la lucha por la independencia.
Y eso lo decía con emoción, con
ese sentimiento que solo pueden mostrar quienes aman verdaderamente a
Cuba y todo lo que representa este país en Nuestra América.
Con
la presencia de Andrés Gómez en la Ciudad Monumento Nacional se afianza
el camino hacia las plenas relaciones con la emigración cubana
diseminada por todo el mundo.
Los cubanos que aman su tierra,
la respetan y la defienden, vivan donde vivan, tendrán siempre aquí en
esta Isla revolucionaria y solidaria, la mano franca del hermano.
Bienvenido a Bayamo Andrés Gómez, uno de los cubanos dignos que viven en la ciudad de Miami.
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