M. H. Lagarde
Más o menos al mismo tiempo en que
los medios de información daban a conocer al mundo los resultados de un informe
de la ONG Save the Children, donde Cuba figura como el mejor país de América
Latina para ser madre, la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana
reunía a una docena de sus mercenarias, en su cuartel general del Malecón
habanero, para impartirle un curso sobre “Los Retos del Liderazgo Femenil:
Rompiendo las barreras de la exclusión”.
El presunto curso introducido por el
jefe de la misión SINA en La Habana el señor Jonh Caulfield y, vía
teleconferencia desde Managua, por la embajadora de Estados Unidos en
Nicaragua, la señora Powers, contaba entre sus puntos de diálogo con preguntas
tales como: “¿existen las mismas oportunidades en Cuba para las mujeres
que para los hombres? ¿Sienten que hay o no igualdad de los sexos (derecho a la
educación, participación en la política, oportunidades de trabajo?”
La discusión entre las supuestas
“líderes” femeninas cubanas y nicaragüenses resultara risible sino el supuesto
curso no fuera otra muestra de injerencia en los asuntos de Cuba
organizado por los directivos de la SINA en La Habana.
En realidad, el verdadero motivo de
la reunión no fue otro que impartirle instrucciones a las mercenarias cubanas
sobre cómo realizar actos de provocación en las calles habaneras el próximo
domingo, Día de las Madres.
La mejor parte de la reunión, según testimonio
de algunas de las presentes, fue, como ya es habitual en este tipo de “clases”
la de la merienda, el cobro y los regalos.
La mercenaria cubana Berta Soler, líder de las llamadas Damas de Blanco, recibió de parte de la también “Dama”, radicada en España, Blanca Reyes Castañón la cifra de 1000 euros la cual la Soler repartió entre algunas de sus subordinadas y se embolsilló la mayor parte.
La mercenaria cubana Berta Soler, líder de las llamadas Damas de Blanco, recibió de parte de la también “Dama”, radicada en España, Blanca Reyes Castañón la cifra de 1000 euros la cual la Soler repartió entre algunas de sus subordinadas y se embolsilló la mayor parte.
Entre los regalos se cuentan los
celulares, radios, cámaras de videos y 2 500 CUC enviados por Eulalia Samper,
miembro de la organización terrorista radicada en Miami Fundación Nacional
Cubano Americana (FNCA), además de pulóveres blancos, blumers, creyones
de labios, ajustadores, sombras de maquillaje. Vale mencionar que Berta Sóler,
en un gesto altruista con sus subordinadas, regaló algunos jabones comprados
con dinero de su peculio.
Como merienda, las instruidas de la
SINA recibieron hot dog, Coca Cola y pasteles que fueron devorados opíparamente
por las participantes.
Demás está decir que por mucho que
la SINA se empeñe en superar en “cursos” a las analfabetas funcionales con que
cuenta como agentes a su servicio, no conseguirán sabotear los festejos de la
familia cubana este próximo domingo.
Las madres de las más de 3 mil
víctimas del terrorismo del gobierno de Estados Unidos contra Cuba y de los
hijos que día a día luchan por un país mejor no serán jamás mancilladas por su
mercenarismo.
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