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domingo, 5 de septiembre de 2010

YOANI SÁNCHEZ Y LA LIBERTAD DE MENTIR

Por M. H. Lagarde




Según una nota de El Nuevo Herald, el Instituto Internacional de la Prensa (IPI) acaba de nombrar a la mercenaria cubana, Yoani Sánchez, "Héroe de la libertad de prensa en el mundo''.

De acuerdo con el periódico que se publica en Miami, nuestra blodeguera ha merecido tal distinción “por haber desafiado las restricciones impuestas en su país y defendido la libertad de palabra”.

¿Qué entenderá el susodicho Instituto radicado en Viena por “libertad de palabra”?

Por piedad, no voy a citar, ni siquiera a poner un enlace, a la “libertad de palabra” que la multipremiada Yoani tuvo a bien emplear en la entrevista que le concedió hace unos meses al profesor francés Salim Lamrani.

Me limitaré a analizar dos noticias recientes.

En una declaración fechada ayer, 3 de septiembre, a Radio Martí, en pleno ejercicio de su “libertad de palabra”, para una emisora del gobierno de Estados Unidos, la connotada mercenaria afirmó que: “el gobierno comunista se niega a dar los pasos necesarios para permitir el libre flujo de información al pueblo”.

Según la nota de Radio Martí: “Al recalcar que La Habana responsabiliza en su totalidad al gobierno a Washington por las limitaciones que existen en Cuba para que los cubanos se conecten a Internet, Yoani Sánchez reiteró que los hechos contradicen las justificaciones de los Castro.

Lo cierto es –agrega Yoani- que el gobierno de Estados Unidos dio pasos de acercamiento en esas direcciones - el presidente Obama autorizó a empresas de telecomunicaciones norteamericanas a operar y a hacer negocios con la parte cubana. Lo que pasa es que eso nunca llegó a concretarse, porque no había una intención del lado de acá, de las autoridades de nuestro país, en aceptar esa mano tendida, esa propuesta de comunicación".

Hasta aquí la “libertad de palabra” de la blodeguera va viento en popa, sobre todo, para aquellos que no leyeron una nota publicada, justo el día anterior, en El Nuevo Herald, bajo el título: “Telefónicas presionan para operar en Cuba”, y en la cual se afirma:

“Tres de las mayores compañías del rubro de la telefonía celular hicieron un llamado al gobierno del presidente Barack Obama para que mejore las comunicaciones con Cuba y flexibilice las regulaciones que les impiden operar en la isla”.

La nota del Nuevo Herald agrega: “Las regulaciones estadounidenses también impiden que Nokia pueda vender sus teléfonos en Cuba porque, a pesar de que su sede está en Espoo, Finlandia, la unidad de la empresa que exporta los aparatos a Latinoamérica está en Miami”.

En julio pasado varios expertos de un llamado Cuba Study Group le recomendaron al Gobierno de EE.UU. “levantar las sanciones y restricciones a las tecnologías de la información y de las comunicaciones que rigen todavía para Cuba con el fin de promover el cambio y la apertura económica y política en la isla”.

De acuerdo también con el estudio, las normas que regulan las sanciones a Cuba prohíben explícitamente inversiones en la red doméstica de telecomunicaciones dentro de la isla, una restricción que se mantiene pese a las reformas acometidas por Obama, señala el informe.

¿Quién dice verdad y quién miente? ¿El Nuevo Herald, Radio Martí, Nokia, o el Cuba Study Group?

¿Será la “libertad de desvariar” a lo que el Instituto Internacional de la Prensa, con sede en Viena, llama “libertad de palabra”?

¿De dónde saca la mercenaria que es Cuba quien restringe la libertad de comunicación en la Isla? ¿Será que es cierto que debido a esas mismas restricciones impuestas por el gobierno de EEUU, Yoani es, como suele afirmar, una ciega de internet?

En ese caso, quienes la escogieron para encarnar el papel de “vocera” de la realidad cubana hicieron muy mal su trabajo. Por muchos premios que le otorguen, nadie va a creer en una “líder de opinión” desinformada que solo abre la boca para decir sandeces.

Publicado por M. H. Lagarde

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