Son muchas las veces que pienso en ti, Cuba.
Muchas las lágrimas que, en silencio, he derramado.
Son lágrimas del corazón. La lágrima es la fuente del sentimiento eterno, dijo tu apóstol, José Marti.
Ayer, nuevamente, volví a pensar en ti, Cuba.
Me desplazaba junto a mi amigo, el fotógrafo Octavio Cruz, por la Avenida Salvador Estrella
Sadhalá.
Justo cuando llegábamos a la esquina de la
Juan Pablo Duarte, por el Elevado, el semáforo
nos obligó a una parada.
Octavio -que conducía- y quien escribe, sosteníamos una amena conversación.
Íbamos totalmente ajenos al drama que se vive en la calle.
De pronto, alguien golpea suavemente el cristal de la puerta del lado donde me encontraba.
Era una carita de ángel de piel negra.
Extendía sus manitas reclamando una limosna.
En su rostro se advertía la necesidad.
Su piel, de color negro, estaba tornándose
blanca, al parecer por el hambre que pasaba esta
criaturita, cuya edad no podía llegar ni a siete años.
La escena me partió verdaderamene el alma.
Fue cuando pensé en ti, Cuba.
Pensé que, tantas veces que he recorrido las calles, allá en esas tierras, y todavía no me he encontrado con el primer niño o niña pidiendo en la calle.
Limpiando cristales de vehículos.
Vendiendo flores en las esquinas de los semáforos.
Ni lustrando zapatos.
Ni tampoco mendigando.
Así se lo comenté a mi amigo Octavio.
Pensó que estaba jugando.
Por mi madrecita, que en QEPD, que si, tuve
que jurárselo.
Un niño en Cuba no lo he encontrado en esas situaciones.
¡Nunca! con todas y las dificultades creadas por el bloqueo azaroso y criminal que mantiene
Estados Unidos por cinco décadas contra la isla.
Cuba, por eso pienso en ti, en lo grande que eres
En lo justa que es tu Revolución, en lo igualitario que es tu sistema político.
Cuba, pienso en ti, cuando veo ejemplos como estos en las sociedades regidas por el capitalismo salvaje.
Cuba, pienso en ti, cuando veo las grandes desigualdades existentes en el orden social y economico.
Autor: Félix Jacinto Bretón
Siempre pienso en ti, Cuba.
Porque creo que no hay otro país en el Caribe, ni en América ni en otras latitudes del mundo como tu.
Por eso te defiendo y te defenderé siempre.
Dime en que puedo servirte, Cuba, y tendrá en mi a un hijo.
CUBA
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