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viernes, 19 de junio de 2009

UNA ACUSACIÓN CANALLESCA


Hace unos días amanecí bajos los efectos de un informe del State Departament en el que se acusa a varios países de tráfico de personas, donde se incluye a mi patria, Cuba.

En ese mamotreto el Gobierno de Obama expresa que Cuba es "principalmente una fuente de mujeres y niños traficados dentro del país con el objetivo de explotarlos sexualmente".

Burda y tergiversadora esa afirmación de un Gobierno que ha demostrado poco interés por los niños del mundo, el Gobierno de un país, Estados Unidos, donde la pornografía es uno de los negocios más lucrativos.

Mi pueblo cubano jamás permitiría el tráfico de niños y mujeres y mucho menos para explotarlos sexualmente.

Entonces, con qué moral acusa Estados Unidos a otros de lo que permite hacer en su territorio?

Creo que a ese Gobierno de Washington se le trabó la chaveta otra vez en relación con Cuba y vuelve a ofenderme como ciudadano que vive en esta Isla soberana y al que le duele mucho esa acusación sin fundamento.

Me puse a pensar, mientras leía el informe, en los esfuerzos que en Cuba se han hecho para preservar la vida de los niños, asegurarles, cuando ha sido necesario, los medicamentos para curar sus males.

Todo eso parece que a Washington no le interesa. Que Cuba tenga una tasa de mortalidad infantil mejor que la de Estados Unidos, no le interesa a Washington, que quisiera ver, en vez de ese logro, a miles de niños cubanos en la indigencia.

Le falta moral a ese Gobierno, sí al de Obama, para andar certificando a este u otro país en cualquier materia, pues lo que ha hecho Washington en todo el mundo es lo contrario de lo que debiera hacer un régimen que respete los derechos humanos.

Cómo puede un Gobierno acusar, sin fundamento a otro, de tráfico de personas, cuando se sabe que ese propio Gobierno ha estado torturando a personas inocentes, que ha tenido en prisiones públicas y privadas a rehenes en nombre de la lucha contra el terrorismo?

Lucha contra el terrorismo fomentando el terrorismo?

O no es terrorista el Gobierno que bombardea sin misericordia a poblaciones enteras?

O no es terrorista el Gobierno que bombardea escuelas asesinando a niños?

O no es terrorista el Gobierno que permite, tolera, organiza, financia para que grupos adversarios de otro Gobierno invadan a un país en nombre de la ‘’democracia”” para establecer un régimen afín a la política de la Casa Blanca?

Estados Unidos acusa a Cuba de tráfico de personas sabiendo que los que se dedican a realizar esas acciones ilegales parten de su territorio para consumar un delito que les reporte grandes beneficios económicos.

Estados Unidos acusa y ofende al pueblo cubano cuando dice que en mi pais se trafica con mujeres y niños para explotarlos sexualmente. No tiene moral la señora Secretaria de Estado para avalar tal afirmación. Si de moral se trata bien cerca tiene ella algunos elementos de inmoralidad a los que dedicarse.

Los niños no son víctimas en Cuba de tráfico sexual alguno. Los niños de mi país tienen garantizada la educación en toda su extensión, desde la primaria hasta la universitaria.

Las mujeres de mi país tienen toda la dignidad del mundo y constituyen hoy día la mayor fuerza técnica conque cuenta la nación para desarrollarse.

Los niños cubanos gozan de los privilegios de una sociedad que los ama, que sabe cuidarlos, que sabe que aquí ninguno puede ser secuestrado, como lamentablemente sucede en otras naciones, incluida Estados Unidos.

Esa acusación del Gobierno de Estados Unidos se ha hecho para complacer a una mafia que roba todos los días los bolsillos del contribuyente norteamericano, en nombre de mentirosa campaña para restituir la “”democracia”” que la Revolución barrió en enero de 1959.

En aquella “”democracia”” que Cuba conoció, era común ver a los niños pobres, de la ciudad y del campo, viviendo en la zozobra, sin posibilidades de estudiar y en muchos casos, expulsados de sus viviendas por los mandamás de aquellos tiempos neocoloniales.

Esa especie de matrimonio de café con leche se equivocó a sabiendas de que en mi país ningún niño duerme en las calles, a sabiendas de que en mi país, el Estado, la Revolución, se preocupan por los infantes como lo que son: La Esperanza del Mundo.

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