Transcurría el mes de junio de 1868. Cuba estaba sumida en el terror impuesto por los colonizadores españoles, quienes sofocaban con sangre cualquier manifestación en contra de su presencia en la Isla.
Mas, los hombres y mujeres de la época ya ansiaban despojarse de la tutela peninsular y asumirían cualquier razón para rebelarse, pues era muy profunda la huella negativa de los representes de la Corona Española.
Así, en aquel ambiente enrarecido por las terribles condiciones de vida entonces, surgieron las ideas, propias de momentos de crisis, para iniciar un camino que condujera a la libertad y a la independencia.
Era el sexto mes de aquel convulso y glorioso año, Perucho Figueredo no descansaba en la búsqueda de la música que sería como La Marsellesa de la época. La concibió y la llevó entonces al orquestador de la misma.
De esa manera Manuel Muñoz entró a la historia de la Isla, pues aprovechando la celebración del Te Deum en la iglesia, puso a prueba la sagacidad y talento de sus músicos, y presentó aquella obra, que al decir de Udaeta nada tenía que ver con la liturgia, y sí mucho con la esencia guerrera.
No sabía entonces aquel militar español, que sería testigo de dos hechos de profunda raíz histórica: la fundación de la Banda de Música de Bayamo, y el estreno de las notas de lo que sería luego nuestro Himno Nacional.
Cuatro meses después, tomada la ciudad por los cubanos al mando de Carlos Manuel de Céspedes, Udaeta, desde su celda, escuchaba la música que él, inequívocamente, había calificado de bélica.
Ya desde entonces, Bayamo tuvo su Banda de Música, que a lo largo de su historia ha protagonizado hechos de relevancia política y cultural.
En la seudo República a los políticos no les interesó la Banda, mostrando así sus dotes anticulturales, manifestación propia de la ignorancia de los que tenían en sus manos los destinos de la nación.
Pero Triunfó la Revolución Cubana, y como hecho cultural de extraordinaria raíz nacional, propició desde su inicio la transformación de esas agrupaciones musicales, dueñas de la memoria de los nacidos en este país.
Qué orgullo tener en esta Ciudad a la Banda de Música mas antigua de Cuba, qué orgullo saber que fue la primera de la Isla que tocó en una plaza pública las notas de nuestro Himno Nacional y la Marcha del 26 de Julio, qué orgullo contar con sus músicos, hijos de aquellos que fundaron esta nación, desde los atriles y desde los fusiles.
Ciento cuarenta años tiene nuestra hermosa Banda de Conciertos, y es verdad que exactamente cien años después de su fundación tenía solo doce integrantes, pero, como Céspedes en Yara, estos dijeron que bastaban para seguir adelante y emprender el camino nuevamente. Y lo hicieron. Y lo lograron!
Cuando la Banda de Bayamo interpreta nuestro Himno Nacional, a los bayameses nos suena diferente, hermoso, vibrante y enaltecedor, pues se trata de una agrupación, que al pasar de los años no ha dejado de insuflar la superación y la creación de otras bandas para el disfrute de todos.
En este momento de alegría y compromiso, mencionar a Manuel Muñoz, a Rafael Cabrera, a Radamés, a Nerio, a Alarcón y a Carlos Puig Premión, significa tocar la historia, significa escuchar esa historia a través de la música que nuestra Banda de Música ha creado desde Bayamo y para toda Cuba.
Autor: David Rodríguez
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