Estas
calificaciones pudieran endilgársele a la película que quisieron ver algunos
fanáticos políticos, fruto del fallido guión elaborado tras el accidente de La
Gavina, punto cercano a la ciudad de Bayamo.
Medios
de prensa inescrupulosos, sensacionalistas y carentes de ética, intentaron
lanzar una piedra a la Revolución Cubana debido al lamentable fallecimiento de
Payá Sardiñas y Haroldo Cepero.
Un
accidente común y corriente, que no debió ocurrir, destapó las entendederas de tanques
pensantes, que vieron en el hecho la ocasión de crear una situación
internacional difícil para Cuba.
En
la escena de ese arroyuelo del desperdicio moral actuaron políticos
¨¨preocupados¨¨ del Norte que no nos quiere, de la Europa envuelta en crisis y
de algún pelele de Sudamérica.
Internamente,
voces compradas se sumaron a esas corrientes y entre acusaciones veladas o
abiertas, sustentaron la tesis de la posibilidad de un asesinato político en
Cuba.
La
red de redes fue utilizada por algunos, para desinformar acerca del siniestro,
alegando persecuciones y golpes al vehículo en los que viajaban las cuatro
personas involucradas en el mismo.
El
gran festín estaba listo. La irresponsabilidad del conductor pasó a segundo
plano y comenzó entonces a culparse al Gobierno Cubano de provocar el accidente.
Un
Gobierno que tuvo a tiro de pistola al criminal Luis Posada Carriles y no hizo
uso de esa práctica por su esencia profundamente humanista, no aplica esos
métodos.
Jamás
en la historia de la Revolución Cubana se ha cometido un asesinato político, tampoco se ha secuestrado a nadie, ni
desaparecido a ciudadano alguno por disentir ideológicamente.
Nunca
se ha ejecutado a alguna persona extrajudicialmente, de ese método bien pueden
hablar algunos gobiernos de estos tiempos que utilizan aviones sin piloto para
asesinar.
Esa
manera de exterminio, torturas, desapariciones, se pueden encontrar en algunos
países de Europa, tan dados a criticar y sancionar a gobiernos que no tienen su
simpatía.
Volviendo
al caso que me ocupa debo decir que la verdad, por mucho que se quiera ocultar,
surge radiante como la luz del sol, como ocurrió en este caso tan manipulado
internacionalmente.
El
globo de la desinformación creado por los grandes medios de comunicación, fue
víctima de esa piedra que le intentaron lanzar a la Revolución Cubana.
Un
golpe moral ha asestado Cuba a esa campaña que ha sido tan contundente, que dejó
enmudecidos a los tanques pensantes de la contrarrevolución cubana.
Lamento
las muertes provocadas por la irresponsabilidad del conductor del vehículo, aun
cuando no tenía coincidencias ideológicas con los finados.
Los
mismos merecen respeto, el que no recibieron de sus correligionarios ni de
adentro ni de afuera.