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Por Nicanor León Cotayo
El congresista
norteamericano David Rivera, involucrado en varios escándalos por
corrupción, presentó un proyecto de ley para sancionar a cubanos que
viajen a su país antes de permanecer cinco años en Estados Unidos.
Según
dijo el martes Rivera al periódico El Nuevo Helad, muchos se están
amparando en la titulada Ley de Ajuste Cubano para trasladarse a la
isla, incluso, de vacaciones.
La intención original de esa
legislación, agregó el congresista por Miami, era proporcionar un status
legal a quienes ellos denominan “refugiados cubanos”
Pero ahora,
comentó el Herald, bajo ese mismo pretexto un número considerable de
personas viajan a Estados Unidos y más tarde con igual fachada regresan a
su país de origen.
Además, solo en el 2010 alrededor de 300 000
cubanoamericanos visitaron la isla, donde asoma la posibilidad de
eventuales regulaciones para facilitar aún más dichos movimientos.
¿Quién
es el congresista norteamericano que ahora defiende un proyecto de ley
para reprimir a los cubanoamericanos que se atreven a viajar a la nación
donde nacieron?
El Nuevo Herald lo caracterizó el pasado 22 de
julio cuando afirmó que “una nube de investigaciones ha diseminado un
manto de sospecha sobre el representante federal David Rivera”
Como
ejemplo recordó una segunda averiguación del FBI y del Servicio de
Renta Interna en cuanto a los pagos a gente que controla los negocios
del juego en Miami, una empresa vinculada a Rivera.
Tal es el
caso de un oscuro contrato de consultoría por un millón de dólares entre
el titulado Casino Magic City y la compañía Millennium Marketing, de la
que es co-propietaria la madre de Rivera.
Precisamente de esa
empresa le están investigando al legislador de Miami los 132 000 dólares
que ahora dice haber recibido de ella en carácter de “préstamo”.
El
polémico negocio de las máquinas de juego fue legalizado allá en el
año 2008, y en tal maquinación Rivera y la compañía de su madre
desempeñaron un papel determinante, gracias al río de dinero que corrió
al respecto.
De la interminable cadena de fechorías cometidas por
el congresista republicano David Rivera forman parte además, entre
otros, los pagos en carreras de perros y las inversiones en su última
campaña electoral.
Un vocero del Partido Demócrata de Estados
Unidos, Jesse Ferguson, declaró el pasado cinco de enero que los
republicanos afrontan un delicado caso, porque las acusaciones de
corrupción contra Rivera han salido a la luz, incluso, antes de que haya
tomado hoy posesión de su cargo como congresista.
Ese mismo día
la agencia noticiosa española EFE opinó en Washington que las
irregularidades cometidas por David Rivera “ponen a prueba el compromiso
de los republicanos de mantener estrictas normas éticas en el Congreso
para luchar contra la corrupción”.
El delirante afán de este
gangster por castigar a los cubanos que esgrimiendo la Ley de Ajuste
Cubano viajan a su país y hasta disfrutan aquí vacaciones, corrobora de
manera aplastante hasta dónde siempre ha resultado falso el tratar de
justificar su promulgación y mantenimiento en la supuesta persecución
que sufrían aquí.
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