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jueves, 18 de agosto de 2011

DAVID RIVERA: PURO GANGSTER



Por Nicanor León Cotayo

El congresista norteamericano David Rivera, involucrado en varios escándalos por corrupción, presentó un proyecto de ley para sancionar a cubanos que viajen a su país antes de permanecer cinco años en Estados Unidos.

Según dijo el martes Rivera al periódico El Nuevo Helad, muchos se están amparando en la titulada Ley de Ajuste Cubano para trasladarse a la isla, incluso, de vacaciones.

La intención original de esa legislación, agregó el congresista por Miami, era proporcionar un status legal a quienes ellos denominan “refugiados cubanos”

Pero ahora, comentó el Herald, bajo ese mismo pretexto un número considerable de personas viajan a Estados Unidos y más tarde con igual fachada regresan a su país de origen.

Además, solo en el 2010 alrededor de 300 000 cubanoamericanos visitaron la isla, donde asoma la posibilidad de eventuales regulaciones para facilitar aún más dichos movimientos.

¿Quién es el congresista norteamericano que ahora defiende un proyecto de ley para reprimir a los cubanoamericanos que se atreven a viajar a la nación donde nacieron?

El Nuevo Herald lo caracterizó el pasado 22 de julio cuando afirmó que “una nube de investigaciones ha diseminado un manto de sospecha sobre el representante federal David Rivera”

Como ejemplo recordó una segunda averiguación del FBI y del Servicio de Renta Interna en cuanto a los pagos a gente que controla los negocios del juego en Miami, una empresa vinculada a Rivera.

Tal es el caso de un oscuro contrato de consultoría por un millón de dólares entre el titulado Casino Magic City y la compañía Millennium Marketing, de la que es co-propietaria la madre de Rivera.

Precisamente de esa empresa le están investigando al legislador de Miami los 132 000 dólares que ahora dice haber recibido de ella en carácter de “préstamo”.

El polémico negocio de las máquinas de juego fue legalizado allá  en el año 2008, y en tal maquinación Rivera y la compañía de su madre desempeñaron un papel determinante, gracias al río de dinero que corrió al respecto.

De la interminable cadena de fechorías cometidas por el congresista republicano David Rivera forman parte además, entre otros, los pagos en carreras de perros y las inversiones en su última campaña electoral.

Un vocero del Partido Demócrata de Estados Unidos, Jesse Ferguson, declaró el pasado cinco de enero que los republicanos afrontan un delicado caso, porque las acusaciones de corrupción contra Rivera han salido a la luz, incluso, antes de que haya tomado hoy posesión de su cargo como congresista.

Ese mismo día la agencia noticiosa española EFE opinó en Washington que las irregularidades cometidas por David Rivera “ponen a prueba el compromiso de los republicanos de mantener estrictas normas éticas en el Congreso para luchar contra la corrupción”.

El delirante afán de este gangster por castigar a los cubanos que esgrimiendo la Ley de Ajuste Cubano viajan a su país y hasta disfrutan aquí vacaciones, corrobora de manera aplastante hasta dónde siempre ha resultado falso el tratar de justificar su promulgación y mantenimiento en la supuesta persecución que sufrían aquí. 

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