El líder de la organización Miguel Saavedra solo logró reunir a un par de decenas de seguidores para el acto ridículo de romper con mandarrias los fonogramas de Fabré. La menguada tropa de militantes anticubanos intentó reeditar el acto de desprecio que alentaron en septiembre de 2009, cuando se produjo en Cuba el Concierto por la Paz.
Todo lo que implique apoyo para el pueblo y la Revolución en Cuba provoca la furia de este sector miamense. Cuando se reunieron en la Isla artistas como Olga Tañón, Miguel Bosé, Luis Eduardo Aute, Giovanotti y Víctor Manuel ante la convocatoria del colombiano Juanes para el megaconcierto del 20 de septiembre, Saavedra y los suyos se propusieron demonizarlos y efectuaron actos retrógradamente inquisitoriales como la quema de fotos y la destrucción de sus discos.
Las resonancias de aquella declaración de odio se apagaron en el terreno del descrédito. Por ello, sorprende que vuelvan a la carga, nada menos que cuando los intercambios culturales cubano-norteamericanos se intensifican por el propio reclamo de los cubanos residentes en la Isla y en EE.UU.
Al parecer, la trayectoria artística de Cándido Fabré y su evidente raigambre popular, resultan exageradamente insultantes a los mal llamados mambises. Desde antes de la llegada del músico a Miami, los opositores emprendieron campaña en su contra, pues su participación en conciertos en lugares como la Tribuna Antimperialista de La Habana e incluso el estribillo “Por siempre viva Fidel” en uno de sus temas, constituyen agravios mayores.
Vigilia Mambisa no iba a perder una oportunidad como esta para atrincherarse contra Cuba y apuntalar el muro del bloqueo. Antes de Cándido, habían pasado por el Club Aché, la Orquesta Aragón, Pupy y los que son, son, entre otras agrupaciones. Tal vez, para ellos ya va siendo demasiado que en la Calle 8 exista la posibilidad de que la música cubana señoree más allá de la Isla.
Tomado de La Jiribilla
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