Como todo un suceso puede calificarse la presencia en la ciudad de Miami, del compositor, improvisador e intérprete Cándido Fabré.
Tan solo conocida su posible estancia en esa ciudad, comenzaron los comentarios contrarios a sus presentaciones por los medios de comunicación de la urbe, dominados, en su casi totalidad, por la mafia contrarrevolucionaria asentada allí.
Pero Fabré también ha recibido la aceptación mayoritaria del público, integrado por emigrantes de diversas nacionalidades que deseen disfrutar de la música y la improvisación del cantante cubano, por encima de las diferencias ideológicas.
El pasado miércoles, en un publicitado programa de la televisión floridana, el conductor confundió la esencia de la entrevista y quiso convertir su presencia en el estudio en un show político.
Sin duda no conocía de la capacidad de Cándido para responder sus insinuaciones y le salió el tiro por la culata, pues el hijo de San Luis y de Granma, lo puso en su sitio, aunque el objetivo de su presencia en ese espacio era para hablar de su música y de sus proyectos.
Esta noche Cándido tiene pactada una cita en la discoteca Aché de la ciudad de Miami para las que ya no hay entradas, síntoma de que los contrarrevolucionarios andan por una parte y los amantes de su música, cubanos y de otras nacionalidades por la otra.
No hay duda, Fabré está allí en Miami porque lo llamaron, haciendo realidad una de sus interpretaciones. Tampoco hay duda de su éxito, no solo en esa ciudad, sino en las otras donde pondrá, como siempre, el nombre de Cuba en el sitial más alto.
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