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jueves, 27 de agosto de 2009

ADALBERTO ALVAREZ: ESTOY DE ACUERDO CON EL RECOMIENZO DEL INTERCAMBIO CULTURAL ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS

Autor: Y.P. Fernández

Los medios de comunicación internacionales continúan dando cada hora nuevas informaciones en torno a las manifestaciones de intolerancia que en Miami se han desatado luego del anuncio del concierto de Juanes en La Habana el venidero 20 de septiembre, como parte del proyecto Paz sin Fronteras. Se ha especulado con los posibles participantes y se tratado de crear un estado de opinión negativo con respecto al evento. Sin embargo, en Cuba estos sucesos se perciben de otro modo y músicos como Adalberto Álvarez, conocido mundialmente como El Caballero del Son, opinan que este concierto es solo el primer paso para una nueva era de intercambios culturales entre los artistas de Cuba y aquellos que radican en Estados Unidos.

Por estos días es noticia un concierto de Juanes en La Habana, donde participarán representantes de diversos países y géneros musicales, algo que en Cuba lleva a rememorar los Festivales de la Canción en Varadero. A su juicio, ¿qué repercusión puede tener para el público cubano un evento de tamaña envergadura en estos momentos?

Creo que puede ser la reapertura de la presencia con mayor frecuencia de artistas internacionales de renombre en nuestro país, que vienen a darle suerte al pueblo cubano. Personalmente me puse muy contento cuando supe que Juanes iba a venir a Cuba acompañado por toda una serie de artistas no menos importantes en el plano de la música internacional. También está por venir Ricardo Arjona y otros músicos quieren hacerlo. Conozco de músicos de mi género, la salsa y el son, que darían cualquier cosa por venir a Cuba y no lo hacen por las presiones que han tenido como las que está teniendo ahora Juanes. Cuando vi una imagen de un pequeño grupo de gente rompiendo discos de Juanes en Miami me dije, de ahí a la barbarie no hay más que un paso. Sin embargo veía eso y entraba a mi página de facebook y la mayor cantidad de mensajes que recibo son de personas que viven en Estados Unidos, sobre todos jóvenes, que tienen deseos de que la orquesta vaya allá o de venir a Cuba, que admiran mi música. Nunca ninguno de esos muchachos, o de esas personas, porque también hay personas mayores, me han hablado de política, ni han sido ofensivos, entonces me doy cuenta de que no hay que preocuparse porque es un pequeño grupo quien está en contra de ese concierto. Igual que viene Juanes ahora vendrá Ricardo Arjona y un día vendrán Rubén Blades, Gilberto Santa Rosa… y entonces no sé qué van a hacer, deberán romper una cantidad de CDs tan grande que se va a ir a la quiebra la industria discográfica, porque al final eso sucederá.

Me parece que va a ser un intercambio muy lindo, y aunque lo han politizado del lado de allá, porque en Cuba no se ha hablado nada de política, y se va a hacer en el único lugar, por su tamaño, donde pudiera cantar un artista de esa envergadura: la Plaza de la Revolución. Ese es el lugar más grande que tiene nuestro país para albergar a la cantidad de personas esperadas allí, para dar un concierto de tal magnitud, un lugar donde va a estar todo el pueblo cubano, porque también vi que ridículamente dicen que el público serán los miembros de la Juventud, del Partido, y eso me dio mucha gracia por su falta de información. Ahí va todo el mundo porque nosotros hicimos allí un evento de bailar casino, y vi gente de todos lados.

Definitivamente esas personas tienen que actualizarse sobre qué está pasando en el país. No se ha hablado de política en el concierto, por lo menos por la parte cubana, no se han hecho consignas y estoy seguro de que tampoco se harán, porque nosotros cuando queremos hacer un acto político lo hacemos, desde el principio, sin miedo de ningún tipo, y este es un concierto cuya importancia radica en la oportunidad para todos los cubanos de ver un artista de esa envergadura con el valor de romper el cerco, de retar a todos los detractores y decir: voy a cantar en Cuba. Ese ejemplo lo van a seguir muchos más, por eso nosotros, los músicos cubanos, agradecemos el gesto. También sé de muchos músicos cubanos que viven en Estados Unidos y están de acuerdo con el concierto porque lo han manifestado a través de distintas páginas de Internet o me lo han dicho personalmente a través de correos electrónicos. El mundo no está compuesto solamente por quienes rompieron los discos, en muchos países apoyan que Juanes venga a Cuba, nosotros no podemos regirnos por la política de cuatro vociferadores que siempre son los mismos. Cada vez que veo un reportaje de esos observo las mismas caras, el señor de la barba blanca gritando con cuatro más y la mayoría de las veces son personas mayores que se diferencian de la juventud de allí.

He tocado en Miami y en otros lugares de Estados Unidos varias veces, han ido los jóvenes a verme y la única vez que tuve un acto de repudio fue precisamente este mismo señor; parece que a él le pagan por ello, se dedica a eso, no sé cómo será. Me los imagino rezando porque esto siga así porque si no, de qué van a vivir. Cuando veo que critican a Juanes por venir a Cuba y cantar acá, me digo, cómo no critican a las personas, cubanos que viviendo en los Estados Unidos, vienen aquí, a los mismos hospitales que ellos critican y tachan de feos, que no sirven… a atenderse la salud porque es gratuita, esa parte no se dice, eso no lo critican. Con esa actitud lo que están tratando de hacer es dividir al pueblo cubano y no lo van a lograr, porque el pueblo de Cuba no puede querer a alguien contrario a que un artista venga a cantarles. Ellos están haciendo lo que supuestamente nos critican, están tratando de vetar a alguien porque viene a cantarle libremente al pueblo cubano. Para mí es muy importante la visita de Juanes, lo apoyo ciento por ciento y estoy seguro de que puedo hablar en nombre de todos los músicos cubanos quienes también apoyan su actuación en Cuba. Va a ser un concierto con mucho respeto y mucha dignidad y quedará muy bien.

A Cuba han venido incluso otros músicos más o menos recientemente como Air Supply, Sting… ¿por qué molesta tanto entonces un evento realizado en Cuba en favor de la Paz?

No entiendo cuál es la incomodidad, porque uno de los méritos grandes que tiene Cuba es haber sido vocero de la paz para el mundo entero. Para ellos la justificación está precisamente, como decía, en que, si no es así, de qué van a vivir, si no hay un enemigo, si no hay de quién hablar, cómo van a vivir esa gente que siempre son las mismas, diciendo las mismas cosas, con una enorme desinformación aunque piensan que son los más informados. El colmo es amenazar a ese hombre de muerte porque viene a cantarle al pueblo de Cuba, entonces dónde está el fascismo, y ¿esa es la gente que nos quiere a nosotros? ¿Quiénes son los fascistas?

Mencionaba ahorita a Rubén Blades y a Gilberto Santa Rosa, y hace unos meses, en febrero, usted actuó en los Carnavales de Panamá donde concertó planes para hacer música conjunta con ellos y con Andy Montañés, ¿en qué consisten esos proyectos y qué buenas nuevas nos puede contar?

Tengo una amistad muy linda con algunos músicos de Puerto Rico, con Gilberto, que es como si fuera un hermano para mí, con Papo Lucas, de la Sonora Ponceña, con Andy Montañés, mi compadre, con el mismo Oscar de León, a quien le encantaría volver a cantar en Cuba. Él dice que la experiencia más grande de su vida como músico la vivió cuando estuvo aquí y esperemos que algún día eso vuelva a ocurrir. Hubo un músico importante del mundo de la salsa —me voy a reservar el nombre no le vayan quemar los discos ahora— que me dijo una cosa muy simpática: lo que deberíamos hacer es llenarnos todos de valor, coger un avión e irnos para Cuba a ver qué alboroto van a armar, y nos quiten a todos de la radio. En el área de los trabajos conjuntos Gilberto ha montado varios números míos últimamente, sobre todo en el plano de la composición. Yo intercambio con el arreglista de Gilberto, con José Lugo, quien es como si fuera un hermano para mí, ahora en este disco voy a hacer un tema arreglado por él y tenemos una comunicación muy grande. Nosotros estamos sembrando un terreno para algo muy grande que va a ocurrir en cualquier momento en este país con los salseros de fuera de Cuba y los cubanos, está a punto de producirse un evento muy grande, ya le tocó a Juanes, después nos tocará a nosotros.

Usted está acostumbrado a compartir escenarios internacionales con otros grandes de la canción internacional, con el denominador del Caballero del Son se encuentra considerado un embajador de la música cubana, a su juicio, ¿qué importancia pueden tener los intercambios culturales entre artistas de diversas latitudes?

Aprendemos mucho de ambas partes. A nosotros prácticamente han querido silenciarnos, musicalmente hablando, sobre todo en los Estados Unidos, porque el bloqueo no permite que nuestros discos se vendan allí, la gente los compra por Internet o en algunas tiendas, pero de manera general no los encuentran, también prohíben que nos pasen en la radio, aunque no cantemos canciones políticas.

El otro día oí preguntar en un programa de allá qué sentía el músico cubano cuando llegaba a Estados Unidos y descubría el mundo cuando los músicos cubanos viajamos el mundo entero, más que quienes ocupan esas sillas en los programas de televisión, esos en su mayoría no han ido a ningún lugar. Nosotros hemos estado en Italia, en Francia, en Japón, en China, en el mundo entero, probablemente tengamos más cultura musical que muchos de ellos porque conocemos las culturas de los diferentes países y cuando vamos a esos lugares aprendemos de sus habitantes y ellos aprenden de nosotros, de la actualidad musical cubana, porque mucha gente se quedó en los 50, una época muy linda musicalmente hablando, pero Cuba ha evolucionado mucho musicalmente y de Mamá Inés para acá ha llovido tremendamente y hay una cantidad de músicos nuevos, jóvenes, talentosos, con un arte maravilloso para ofrecer y que mucho de ese público donde nuestra música no puede entrar no conoce. Entonces en un festival en Suiza, por ejemplo, donde hay músicos cubanos, de Estados Unidos y de otras latitudes, nos encontramos y ellos se asombran con nuestro trabajo y nosotros aprendemos también de ellos.

Cada encuentro de estos es una ocasión que nos enseña a ambas partes, por ello debemos defender el concierto y por eso, a pesar de quienes rompen y queman discos, estoy de acuerdo con el recomienzo del intercambio cultural entre Cuba y Estados Unidos. El pueblo de ese país es muy grande y hay muchos americanos y muchos cubanos allá, que merecen que nuestra música llegue allí.

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