Es frecuente escuchar voces desde la ciudad de Miami, llamando al pueblo de Cuba a la desobediencia civil, al irrespeto de las instituciones establecidas y a la realización de acciones destinadas a dañar y destruir a la Revolución Cubana.
Esas voces, en su mayoría son las de aquellos que salieron de Cuba espantados ante el Triunfo del Primero de Enero de 1959 y de los que en años posteriores se han sumado al carro de la contrarrevolución, teniendo en cuenta las jugosas ganancias que les acarrearía ponerse al servicio de la mafia que gobierna en la llamada Ciudad del Sol.
Pero quienes son esos, cuyas voces salen al aire todos los días por las emisoras controladas por esa mafia?
Son los mismos que en Cuba amasaron fortunas explotando de manera cruel a los obreros y a los campesinos, expoliando el tesoro público, ese que se llevaron hacia el norte que los recibía, ya en esa época, como héroes de una batalla que nunca habían librado.
Cuando se escuchan esas voces pidiendo la “”democracia”” para Cuba, se sabe a cual democracia se refieren, a la “”democracia”” de poder robar, a la “”democracia”” de defender intereses espurios, a la “”democracia”” de instaurar en Cuba, de nuevo, un gobierno que responda a los intereses de Washington.
Pero qué voces son esas? Las de personas decentes que tienen una trayectoria limpia en sus vidas, de personas que realmente quieren a la tierra que los vio nacer?
Nada de eso. Son las mismas voces que han pedido “”tres días de licencia”” para matar, en ese hipotético momento de la caída de la Revolución Cubana, son las mismas voces de los que han planteado que “”arrasarán el país”” desde Baracoa hasta Pinar del Río una vez consumado el “”hecho”” del “”derrumbe del socialismo”” en la Isla.
Hablan de democracia y conocemos de las triquiñuelas de estos personajes en su afán de enriquecerse aún mas gracias a esa “”industria del anticastrismo””, como la ha denominado un periodista radicado en Miami.
Pero siguen hablando de democracia mientras abultan sus billeteras a costa de los contribuyentes norteamericanos, que ignoran que inmoral ruta toma su dinero generado con el sacrificio de los que allí trabajan.
No son pocos los que en la meca de la mafia, Miami, se han convertido en millonarios gracias a una política desvergonzada propiciada por el Gobierno de Estados Unidos, que no se detiene ante nada en su Empeño por destruir a la Revolución Cubana.
Y en ese propósito emplean a una televisión, que aparte de ofender a los cubanos, pues lleva el nombre de José Martí, no se ve en la Isla, gracias al talento de los técnicos encargados de anular esa señal violatoria de la soberanía nacional y escarnio para la administración del país del norte.
Como dice una canción de un trovador cubano “”el tiempo pasa”” y al pasar va abriendo los caminos para el conocimiento de las tropelías que se cometen en nombre de la “”libertad”” del pueblo de Cuba.
Ahí están los ejemplos de los malos manejos financieros de la radio y la televisión contrarrevolucionarias, del pago a periodistas por escribir panfletos, tendenciosos, manipuladores y falsos sobre la situación de la Isla, apoyados por los empleados del Gobierno de Estados Unidos en Cuba, mas conocidos por mercenarios.
El día que el pueblo norteamericano se entere de los orígenes de ciertas fortunas millonarias de algunos de estos terroristas asentados en Miami va a ser tal el impacto, que desde sus tumbas Lincoln y Jefferson se estremecerán.
Uno de los últimos ejemplos está en Washington, donde uno de los “”ahijados”” de Bush, se adueñó de la “”insignificante”” suma de medio millón de dólares, descubierto ese personaje por otro de los que se ha enriquecido con el negocio anticubano y que responde al nombre de Frank Calzon, en lo que parece un ajuste de cuenta entre ellos.
Hay otra vertiente de estos “”demócratas”” vinculada a los actos terroristas que contra Cuba han organizado desde los primeros años de la década del 60, y que no se han detenido, dado el libre camino abierto con Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila moviéndose por las calles de la capital del terrorismo.
Podrían citarse mas detalles acerca de esos llamados a “”democratizar”” a Cuba, provenientes de ladrones con cuello y corbata y de los otros terroristas que desde Los Everglades se “”preparan”” para el ¨¨asalto¨¨ final contra el pueblo cubano en el poder.
Editado desde la ciudad de Bayamo, Cuba, por el periodista David Rodríguez Rodríguez.
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viernes, 25 de julio de 2008
miércoles, 23 de julio de 2008
LA INNECESARIA PRESENCIA DE LA IV FLOTA EN NUESTRA AMERICA
Después de 58 años vuelve a teñir los mares de Nuestra América la IV Flota de los Estados Unidos, cuando ya no existen las circunstancias que la hicieron surgir en 1943.
Entonces para qué volver a integrar ese andamiaje de presión y de muerte?
Para qué volver a blandir el mazo de la fuerza en una América Latina urgida, no de portaaviones nucleares, sino de miles de maestros y médicos para paliar dos de sus males como el analfabetismo y la insalubridad?
Para qué envía Estados Unidos la IV Flota a nuestra región, cuando en algunos países los pueblos han elegido, utilizando las fórmulas de la democracia, Gobiernos con amplio apoyo popular y que responden a sus intereses, a los de los pueblos?
Dicen las autoridades norteamericanas que la presencia de la flota responde a las necesidades del combate contra el narcotráfico, pero lo que se huele detrás de esas afirmaciones está muy distante de ese único objetivo.
Por qué Estados Unidos no procede para ayudar de verdad a los pueblos de Nuestra América, ayuda que no está en el envío de soldados, ni de barcos, ni de aviones, ni de armas, cuando nuestros pueblos necesitan comercio justo para los productos de la región?
Es realmente el Gobierno de los Estados Unidos el paradigma a seguir por los Gobiernos de América Latina?
La historia escrita por Washington en nuestras tierras latinoamericanas está tétricamente vinculada a políticas de agresión, de exterminio, de robo de las riquezas, de golpes de estado apoyados por los norteamericanos y de amenazas cuando algún que otro país quiere levantar la cabeza.
Los argentinos tienen una espina clavada en el pecho desde aquel momento de la Guerra de Las Malvinas, territorio gaucho usurpado por Gran Bretaña, reclamo permanente de Buenos Aires en organismos internacionales.
Qué sucedió en aquel momento? Sencillamente el Gobierno de Estados Unidos violando lo pactado en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, apoyó moral y materialmente al Reino Unido que estipula lo siguiente en su artículo tercero:
¨¨Las Altas Partes Contratantes convienen en que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de dichas Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas¨¨.
Estados Unidos no hizo honor al Tratado y ayudó logísticamente al Reino Unido en esa guerra que duró del 2 de abril al 14 de junio de 1982 y en la que murieron soldados argentinos que intentaron rescatar para la soberanía de ese país, lo que le arrebataron a esa nación en 1833.
En ese conflicto murieron, exactamente 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
La breve referencia a ese hecho bélico se justifica para expresar que ni los soldados norteamericanos ni su Gobierno quieren tanto a nuestros pueblos para sacrificarse por ellos.
Lo único que interesa a ese Gobierno y a sus transnacionales son las riquezas de Nuestra América y la presencia de la IV Flota viene a reafirmar ese concepto.
Está claro todo pues lo que en realidad quieren proteger son sus intereses y amenazar a Gobiernos progresistas como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Al parecer a Estados Unidos no le basta el hecho de que esos pueblos hayan elegido a esos Gobiernos por medio de las urnas, Washington desea, además la genuflexión de estos como ocurrió hasta hace poco tiempo en esas mismas naciones.
Lo que les hace perder la paciencia es el avance de la Revolución Bolivariana de Venezuela, los avances obtenidos por los bolivianos, cuando por vez primera un indígena tiene el poder en sus manos, y en el caso de Ecuador y Nicaragua sucede lo mismo.
La IV Flota podrá surcar los mares americanos, podrá exhibir su poderío y quizás puedan escucharse las amenazas de quien la envía a esta región, pero lo que no podrá evitar el Imperio es que lo pueblos de Nuestra América sigan el camino de la redención, que no está en los cielos, sino en nuestras manos y en nuestras tierras.
Entonces para qué volver a integrar ese andamiaje de presión y de muerte?
Para qué volver a blandir el mazo de la fuerza en una América Latina urgida, no de portaaviones nucleares, sino de miles de maestros y médicos para paliar dos de sus males como el analfabetismo y la insalubridad?
Para qué envía Estados Unidos la IV Flota a nuestra región, cuando en algunos países los pueblos han elegido, utilizando las fórmulas de la democracia, Gobiernos con amplio apoyo popular y que responden a sus intereses, a los de los pueblos?
Dicen las autoridades norteamericanas que la presencia de la flota responde a las necesidades del combate contra el narcotráfico, pero lo que se huele detrás de esas afirmaciones está muy distante de ese único objetivo.
Por qué Estados Unidos no procede para ayudar de verdad a los pueblos de Nuestra América, ayuda que no está en el envío de soldados, ni de barcos, ni de aviones, ni de armas, cuando nuestros pueblos necesitan comercio justo para los productos de la región?
Es realmente el Gobierno de los Estados Unidos el paradigma a seguir por los Gobiernos de América Latina?
La historia escrita por Washington en nuestras tierras latinoamericanas está tétricamente vinculada a políticas de agresión, de exterminio, de robo de las riquezas, de golpes de estado apoyados por los norteamericanos y de amenazas cuando algún que otro país quiere levantar la cabeza.
Los argentinos tienen una espina clavada en el pecho desde aquel momento de la Guerra de Las Malvinas, territorio gaucho usurpado por Gran Bretaña, reclamo permanente de Buenos Aires en organismos internacionales.
Qué sucedió en aquel momento? Sencillamente el Gobierno de Estados Unidos violando lo pactado en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, apoyó moral y materialmente al Reino Unido que estipula lo siguiente en su artículo tercero:
¨¨Las Altas Partes Contratantes convienen en que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de dichas Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas¨¨.
Estados Unidos no hizo honor al Tratado y ayudó logísticamente al Reino Unido en esa guerra que duró del 2 de abril al 14 de junio de 1982 y en la que murieron soldados argentinos que intentaron rescatar para la soberanía de ese país, lo que le arrebataron a esa nación en 1833.
En ese conflicto murieron, exactamente 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
La breve referencia a ese hecho bélico se justifica para expresar que ni los soldados norteamericanos ni su Gobierno quieren tanto a nuestros pueblos para sacrificarse por ellos.
Lo único que interesa a ese Gobierno y a sus transnacionales son las riquezas de Nuestra América y la presencia de la IV Flota viene a reafirmar ese concepto.
Está claro todo pues lo que en realidad quieren proteger son sus intereses y amenazar a Gobiernos progresistas como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Al parecer a Estados Unidos no le basta el hecho de que esos pueblos hayan elegido a esos Gobiernos por medio de las urnas, Washington desea, además la genuflexión de estos como ocurrió hasta hace poco tiempo en esas mismas naciones.
Lo que les hace perder la paciencia es el avance de la Revolución Bolivariana de Venezuela, los avances obtenidos por los bolivianos, cuando por vez primera un indígena tiene el poder en sus manos, y en el caso de Ecuador y Nicaragua sucede lo mismo.
La IV Flota podrá surcar los mares americanos, podrá exhibir su poderío y quizás puedan escucharse las amenazas de quien la envía a esta región, pero lo que no podrá evitar el Imperio es que lo pueblos de Nuestra América sigan el camino de la redención, que no está en los cielos, sino en nuestras manos y en nuestras tierras.
lunes, 21 de julio de 2008
CINCO JOVENES CUBANOS SECUESTRADOS EN ESTADOS UNIDOS
El doce de septiembre de 1998, la ciudad de Miami fue testigo de cinco arrestos contra igual número de personas que se dedicaban a monitorear las actividades de grupos extremistas asentados en esa ciudad y con largo historial de acciones terroristas contra Cuba.
Desde el inicio del Triunfo de la Revolución, elementos vinculados al régimen dictatorial de Fulgencio Batista, comenzaron a organizarse para realizar actos de sabotaje contra la economía de la Isla, en algunas de esas acciones hombres y mujeres de la Isla, fueron victimas mortales de tan deleznable hechos.
En su afán de entorpecer los programa que la Revolución ya instauraba, el Gobierno de los Estados Unidos, a través de la Agencia Central de Inteligencia, organizó y financió la existencia de esas redes de contrarrevolucionarios que tanto daño hicieron a la sociedad cubana.
Los actos terroristas, organizados desde la ciudad de Miami, no se detuvieron ante escuelas, fincas, centros de trabajo, instituciones del Estado, ante nada, se detuvieron esas acciones, efectuadas por elementos contrarrevolucionarios que provenientes de La Florida, ocasionaron casi tres mil muertos y una cifra considerable de personas dañadas en su cuerpo.
Tal era la envergadura de esos actos, que e Gobierno Cubano, ya agotadas las vías diplomáticas denunciado a esos elementos ante las administraciones norteamericanas, y teniendo en cuenta la falta de acciones para neutralizarlas, decidió infiltrar a los grupos terroristas de Miami.
Esos cinco jóvenes detenidos el 12 de septiembre de 1998, no realizaron actos de espionaje contra el Gobierno de Estados Unidos, no era esa su misión en suelo norteño, sino que efectuaron labores de escrutinio dentro de esas organizaciones, para neutralizar los planes terroristas contra Cuba.
En una posición de transparencia Cuba no solo denunció la organización de actos de sabotaje y de asesinato contra los lideres de la Revolución, sino que ofreció al Buró Federal de Investigaciones, (FBI), las pruebas, nombres, apellidos, direcciones y números telefónicos de esos elementos contrarrevolucionarios asentados en Miami.
Cuál fue la respuesta del Gobierno de Estados Unidos? Apresar a los terroristas? No, los arrestados fueron los jóvenes cubanos que monitoreaban a esas organizaciones terroristas del sur de La Florida, para prevenir los actos violentos de esos individuos.
Luego vino el juicio, amañado sin pruebas ni argumentos, pero pudo mas la histeria anticubana, pudo mas el sentimiento de venganza que el equilibrio de la justicia, y esos jóvenes fueron condenados con sanciones desmesuradas cuando no se les comprobó en momento alguno la labor de espionaje contra el Gobierno de Estados Unidos.
Han sufrido vejámenes, violaciones de sus derechos humanos, los han encerrado en el llamado ¨¨hueco¨¨ por 17 meses, sin haber cometido indisciplina alguna, y luego de sancionados, diseminados en cinco diferentes penitenciarías de máxima seguridad.
Uno de los hechos mas abominables es la no autorización de las esposas de dos de ellos para visitarlos desde hace casi diez años, muestra de la ferocidad y el afán de venganza de sus carceleros.
Hoy cuando nos acercamos al décimo aniversario de su injusto encierro, crece en el mundo la solidaridad con los cinco jóvenes cubanos, como muestra del cariño y la admiración que ha despertado su hidalguía, por no ceder ante las presiones y los chantajes del Gobierno de Estados Unidos.
Los cinco jóvenes cubanos, René, Fernando, Ramón, Gerardo y Antonio, no han asesinado a persona alguna, ellos no hicieron daño a las instituciones norteamericanas, ellos no espiaron al Gobierno de ese país. Solo por ser cubanos dignos, están guardando prisión injusta en Estados Unidos.
Mientras, en Miami, cuna del terrorismo contra Cuba, andan por sus calles, asesinos confesos, asesinos con un historial largo de agresiones contra el pueblo de la Isla, pero contra esos elementos violentos, no actúa la Casa Blanca, mas bien los protege, los ayuda, los alimenta, los cobija.
Aquí se pone de manifiesto la hipocresía de la política norteamericana, pues el presidente de Estados Unidos expresó que aquel que apoyare, financiare, alojare y alimentare a un terrorista, es tan terrorista como este.
Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila son los responsables de la voladura en pleno vuelo de un avión cubano en 6 de octubre de 1976, que costó la vida a 73 personas y otros elementos con historial de crímenes contra el pueblo cubano, andan libres por las calles de Miami.
A buen entendedor, con pocas palabras bastan.
Desde el inicio del Triunfo de la Revolución, elementos vinculados al régimen dictatorial de Fulgencio Batista, comenzaron a organizarse para realizar actos de sabotaje contra la economía de la Isla, en algunas de esas acciones hombres y mujeres de la Isla, fueron victimas mortales de tan deleznable hechos.
En su afán de entorpecer los programa que la Revolución ya instauraba, el Gobierno de los Estados Unidos, a través de la Agencia Central de Inteligencia, organizó y financió la existencia de esas redes de contrarrevolucionarios que tanto daño hicieron a la sociedad cubana.
Los actos terroristas, organizados desde la ciudad de Miami, no se detuvieron ante escuelas, fincas, centros de trabajo, instituciones del Estado, ante nada, se detuvieron esas acciones, efectuadas por elementos contrarrevolucionarios que provenientes de La Florida, ocasionaron casi tres mil muertos y una cifra considerable de personas dañadas en su cuerpo.
Tal era la envergadura de esos actos, que e Gobierno Cubano, ya agotadas las vías diplomáticas denunciado a esos elementos ante las administraciones norteamericanas, y teniendo en cuenta la falta de acciones para neutralizarlas, decidió infiltrar a los grupos terroristas de Miami.
Esos cinco jóvenes detenidos el 12 de septiembre de 1998, no realizaron actos de espionaje contra el Gobierno de Estados Unidos, no era esa su misión en suelo norteño, sino que efectuaron labores de escrutinio dentro de esas organizaciones, para neutralizar los planes terroristas contra Cuba.
En una posición de transparencia Cuba no solo denunció la organización de actos de sabotaje y de asesinato contra los lideres de la Revolución, sino que ofreció al Buró Federal de Investigaciones, (FBI), las pruebas, nombres, apellidos, direcciones y números telefónicos de esos elementos contrarrevolucionarios asentados en Miami.
Cuál fue la respuesta del Gobierno de Estados Unidos? Apresar a los terroristas? No, los arrestados fueron los jóvenes cubanos que monitoreaban a esas organizaciones terroristas del sur de La Florida, para prevenir los actos violentos de esos individuos.
Luego vino el juicio, amañado sin pruebas ni argumentos, pero pudo mas la histeria anticubana, pudo mas el sentimiento de venganza que el equilibrio de la justicia, y esos jóvenes fueron condenados con sanciones desmesuradas cuando no se les comprobó en momento alguno la labor de espionaje contra el Gobierno de Estados Unidos.
Han sufrido vejámenes, violaciones de sus derechos humanos, los han encerrado en el llamado ¨¨hueco¨¨ por 17 meses, sin haber cometido indisciplina alguna, y luego de sancionados, diseminados en cinco diferentes penitenciarías de máxima seguridad.
Uno de los hechos mas abominables es la no autorización de las esposas de dos de ellos para visitarlos desde hace casi diez años, muestra de la ferocidad y el afán de venganza de sus carceleros.
Hoy cuando nos acercamos al décimo aniversario de su injusto encierro, crece en el mundo la solidaridad con los cinco jóvenes cubanos, como muestra del cariño y la admiración que ha despertado su hidalguía, por no ceder ante las presiones y los chantajes del Gobierno de Estados Unidos.
Los cinco jóvenes cubanos, René, Fernando, Ramón, Gerardo y Antonio, no han asesinado a persona alguna, ellos no hicieron daño a las instituciones norteamericanas, ellos no espiaron al Gobierno de ese país. Solo por ser cubanos dignos, están guardando prisión injusta en Estados Unidos.
Mientras, en Miami, cuna del terrorismo contra Cuba, andan por sus calles, asesinos confesos, asesinos con un historial largo de agresiones contra el pueblo de la Isla, pero contra esos elementos violentos, no actúa la Casa Blanca, mas bien los protege, los ayuda, los alimenta, los cobija.
Aquí se pone de manifiesto la hipocresía de la política norteamericana, pues el presidente de Estados Unidos expresó que aquel que apoyare, financiare, alojare y alimentare a un terrorista, es tan terrorista como este.
Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila son los responsables de la voladura en pleno vuelo de un avión cubano en 6 de octubre de 1976, que costó la vida a 73 personas y otros elementos con historial de crímenes contra el pueblo cubano, andan libres por las calles de Miami.
A buen entendedor, con pocas palabras bastan.
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