La Habana, (PL) Lejos están los tiempos de la tinta invisible y de las radios clandestinas en las acciones de Estados Unidos contra Cuba.
Ahora son utilizados medios técnicos de uso público y, en algunos casos, los reclutadores de los servicios de inteligencia son reemplazados por personas con apariencia de turistas que se presentan como contratistas o integrantes de Organizaciones No Gubernamentales. Su discurso favorito es el del "libre flujo informativo", aunque sean sus propios patrocinadores quienes impidan a Cuba el abierto y cómodo acceso a Internet.
Es que con el empleo de las modernas tecnologías de la información y las comunicaciones, cambiaron los tradicionales instrumentos de la agresión de Estados Unidos contra Cuba.
Con el uso de equipos comerciales, aparentemente inofensivos, se intenta dar visos legales a acciones con un marcado carácter agresivo.
Dos importantes investigadores identificaron a las denominadas Operaciones de las Redes de Comunicación como acciones de última generación que se sostienen en el uso de las computadoras en red, con el apoyo de tecnología e informática de organizaciones civiles y militares.
Así describen Eva Golinger y Romain Millus las bases de la guerra cibernética, encaminada a atacar o defender, según sea el caso, infraestructuras e información a través de las computadoras.
Sin embargo, la explicación también puede ser válida para entender cómo se emplean las nuevas tecnologías para promover la subversión.
Lo anterior es un método que está siendo deliberadamente puesto en práctica por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra Cuba, con el financiamiento de instituciones mamparas como la USAID (Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos).
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