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lunes, 19 de agosto de 2019

UN BAYAMES ANTI-ZANJÓN

El pacto del Zanjón fue una puñalada para los afanes libertarios de los cubanos pues ese acuerdo no reconocía el derecho de los cubanos en el camino hacia la independencia.

En realidad ese pacto caló muy profundamente en los sentimientos de los mambises que tanto habían luchado desde el 10 de octubre de 1868 cuando se encendió la llama insurreccional.

Hubo muchas respuestas contra ese pacto de la traición, y en ese sentido muchos bayameses independentistas alzaron sus voces y sus machetes para enfrentar tal decisión que ataría a Cuba definitivamente a España.

Uno de aquellos patriotas bayameses que se opuso al Pacto del Zanjón fue Juan Ramón Benítez Domínguez, quien llegó a ostentar el grado de General de Brigada del Ejército Libertador.

Desde su incorporación a las huestes mambisas Juan Ramón se destacó por su valentía y en la guerra del 95 operó en la zona de Bayamo, un enclave importante de la zona oriental.

Participó en la Guerra de los Diez Años, en la que fue ascendido a teniente coronel el 27 de junio de 1873.

El 17 de marzo de 1878 el gobierno provisional de Baraguá presidido por el mayor general Manuel Calvar, le ascendió a coronel.

En la Guerra del 95 ingresó en el Ejército Libertador el 17 de agosto de ese año.

Poco después recibió el ascenso a brigadier. El 19 de abril de 1896 hostilizó a una columna española en el puente La Toma y en mayo fue nombrado jefe de la primera Brigada.

También de la primera División y el segundo Cuerpo, que operó en Manzanillo. El 20 de ese mes acompañó al entonces general de brigada Salvador Hernández Ríos, en el ataque a una columna española en Bejuquero, cerca de Bayamo.

El 2 de marzo de 1898, el mayor general Calixto García lo nombró jefe de la primera Brigada, segunda División y el segundo Cuerpo, que operó en Bayamo.


Terminó la guerra en calidad de excedente, Murió en Manzanillo el 23 de agosto de 1902.

Juan Ramón Benítez Domínguez, bayamés que se opuso al Pacto del
Zanjón y que con su actitud demostró que la libertad no se negocia con imposiciones y menos ante un enemigo cruel y voraz