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jueves, 1 de octubre de 2009

CINTIO VITIER: TAN CUBANO COMO JOSÉ MARTÍ

Cuando me enteré esta noche de jueves del fallecimiento del extraordinario intelectual cubano Cintio Vitier, lo primero que vino a mi mente fue una flor blanca. Es que tanta pureza de hombre la merece.

Tuve la ocasión de conversar con el insigne seguidor de las ideas martianas aquí en Bayamo, durante el período en que se desempeñó como Diputado a la Asamblea Nacional por este municipio capital de la provincia de Granma.

Sentía un amor muy grande por esta ciudad y sus ojos cobraban matices muy expresivos cuando desgranaba la historia escrita por aquellos hombres de la geste de 1868 con Carlos Manuel de Céspedes al frente.

No puedo olvidar en este instante la amistad que José Martí propició entre él y Victor Montero Mendoza. Ambos han sido paladines en la difusión del pensamiento del autor de La Edad de Oro. Ambos han defendido con una vehemencia extraordinaria la vigencia de ese pensamiento del Mártir de Dos Ríos.

Tengo en la mente en este instante de dolor esa imagen maravillosa de él y su compañera de toda la vida Fina García Marruz, una mujer que supera en belleza a su propia poesía, la que compartió durante tanto tiempo con Cintio.

Tan sensible fue siempre Cintio que nos legó la defensa que hizo sobre la verdadera posición de Juan Clemente Zenea, pues hurgando en la historia demostró que el poeta bayamés no había sido un traidor a la causa de la independencia cubana.

Así, grande y majestuoso, con el verbo tan afilado como las puntas de nuestra Enseña Nacional, la que abrazó no solo con la palabra sino con la acción de quien sabía donde estaba su deber de cubano y revolucionario.

Cintio seguirá siendo un sol iluminándonos a todos. Seguirá junto a nosotros, como seguirá junto a él la música de sus hijos y la poesía de su excelsa compañera Fina García Marruz.

LA LOBA Y SUS LOBEZNOS

Ileana Ros-Lehtinen, aquella dama indigna de la política anticubana, que osó envolver al pequeño Elián González en la bandera norteamericana, ofendiendo con esa acción al pueblo de Cuba, ha anunciado su visita a Honduras, para, dijo a las agencias de prensa, entrar en contacto con los representantes del pueblo de ese país.

Ha reiterado, además, que en la nación centroamericana no ha ocurrido un golpe de estado, sino un proceso de transición que busca la plena democracia.

Es decir, que la señora congresista norteamericana apoya plenamente las acciones de los militares y la ultraderecha hondureña que propiciaron el secuestro del presidente legítimo, lo enviaron a la base estadounidense de Palmerola y de ahí a Costa Rica enropa de dormir.

La señora agregó en sus declaraciones que Zelaya, el hombre legalmente investido para la presidencia de su país, había entrado a Honduras de manera provocativa.

Esto se traduce de manera muy sencilla, según la óptica? de la congresista: Zelaya, el presidente constitucional de Honduras ha entrado a su propio país, para ¨¨provocar¨¨ desórdenes, como si fuera un delincuente internacional.

Entonces cómo podría calificarse el papel de Ileana en este conflicto? Ella estará allí para encontrar solución al problema, cuyo primer paso debe ser la devolución del poder a quien lo ganó en las elecciones?

Irá la Loba Feroz a reunirse con el pueblo hondureño, con los líderes de ese movimiento popular de resistencia que ya rebasa los noventa días?

Irá la Loba Feroz a dar el pésame a los familiares de las personas asesinadas por la represión militar?

Irá la Loba Feroz a Honduras a condenar al régimen de facto por la clausura de emisoras de radio y televisión en el país centroamericano?

A qué va esta representante de la ultraderecha norteamericana a Honduras?

La respuesta es bien sencilla: ella estará en Tegucigalpa para apoyar a los asesinos del pueblo hondureño en una expresión clara de su esencia fascista, contraria a todo aquello que señale hacia la emancipación de los pueblos de Nuestra América.

La congresista ha dicho que Zelaya ha entrado a Honduras de manera provocativa cuando en realidad la provocadora es ella que irá a Tegucigalpa a bendecir a los asesinos, a los torturadores, a los represores de ese noble pueblo.

No se puede esperar otra posición de una dama, tan políticamente indigna, que al mismo tiempo que dice amar al pueblo en que nació, se abraza a asesinos confesos como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila, autores comprobados de la voladura en pleno vuelo de una nave de Cubana de Aviación el seis de octubre de 1976 en Barbados.

En ese atentado murieron 73 personas cuyos restos desde el fondo del mar Caribe, esperan que la justicia norteamericana cumpla precisamente con la justicia.

La Loba Feroz ha anunciado su viaje a Honduras. La dignidad, la altura de ese pueblo, le reservará el único sitio que ella merece: el basurero de la historia.